Farmacias en peligro

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Editorial
La crisis, que llega a todas las áreas, no ha dejado escapar de los recortes gubernamentales al sector farmacéutico. El impacto del Real Decreto Ley 8/2010, aprobado por el Consejo de Ministros, que viene a acumularse al reciente Real Decreto Ley 4/2010, aprobado el pasado 26 de marzo, pone a las farmacias en una tesitura complicada.
No en vano, ambas medidas económicas de recorte sobre el precio del medicamento – primero los genéricos, y después a los no sujetos a precios de referencia- tienen un impacto directo sobre estos establecimientos, y se suman también a las que a lo largo de los últimos diez años se han ido adoptando, y que les han afectado sucesivamente. Tanto es así, que la viabilidad de algunas de ellas se están poniendo en entre dicho. Se trata de las de los entornos rurales. Éstas son las que cuentan con unos márgenes de beneficio más ajustados y que, por lo tanto, su reducción puede poner en peligro su estabilidad. Hay que recordar que son precisamente éstas las que garantizan el acceso a la prestación farmacéutica a millones de ciudadanos, en condiciones de igualdad en todos los municipios, incluso en las zonas más aisladas y desfavorecidas, donde no hay otro tipo de servicios sanitarios accesibles para esa población. Sin embargo, sus márgenes de ganancias son cada día más reducidos. En los últimos años, las farmacias ha realizado importantes inversiones en tecnología, para adaptarse y participar en distintas iniciativas, de las que actualmente se vienen realizando en beneficio de los ciudadanos y, por supuesto, del Sistema Nacional de Salud. Son, por ejemplo, la receta electrónica, la trazabilidad, las aplicaciones informáticas que tienen las farmacias para la dispensación al Sistema, las bases de datos de medicamentos, sin entrar en el importante capítulo de las campañas de educación sanitaria y salud pública. Sin embargo, la presión económica a la que se está sometiendo este sector va a afectar inevitablemente a la posibilidad de seguir impulsando estas medidas por falta de recursos económicos y humanos. Hay que ser conscientes de la crisis, pero eso no puede poner en peligro servicios básicos como el de las farmacias.