Fiesta ganchera
Este fin de semana se celebró una nueva edición de los gancheros por el Tajo, un oficio, el del transporte de las maderas a través del río hasta Aranjuez, que fue muy relevante, atrayendo la mirada del gran escritor José Luis Sampedro.
Este fin de semana se celebró una nueva edición de los gancheros por el Tajo, un oficio, el del transporte de las maderas a través del río hasta Aranjuez, que fue muy relevante, atrayendo la mirada del gran escritor José Luis Sampedro. Nuestro querido Huertapelayo, en pleno Alto Tajo, tuvo parte en el vivir y ser de aquella forma de transportar la madera. De pequeños veíamos en el marco inferior de un mapa de grandes dimensiones que había en nuestra casa, unas fotos en blanco y negro. Eran de unos señores a los que se les llamaban gancheros que se dedicaban a llevar la madera aprovechando la fuerza del agua. Y como en todos los trabajos queda tiempo para el asueto o descanso, estos hombres bajaban hasta nuestro pueblo, los días de fiesta a tomarse unos vinos, departir con los lugareños y echarse unos bailes con las mozas, lo que provocaba, en ocasiones, celos en novios, maridos o pretendientes. Suponemos que por lo físico de su trabajo, guiando las maderadas por esas a veces aguas bravas y otras mansas del río más largo de nuestra geografía, estarían en buena forma para gustar a las jóvenes.
La historia de nuestro pueblo es como la de muchos otros pueblos alejados de la capital, pero marcada por su cercanía al río y su belleza natural. El humanista e intelectual José Luis Sampedro, ya citado, tuvo la gran idea de escribir esa obra, El río que nos lleva, que le dio fama a él y a los parajes por donde lleva sus aguas, que fue llevado a la gran pantalla. Es parte de la historia de los pelayos, como también que de este minúsculo pueblo salieron muchos arrieros que necesitaban ganarse unas perras que les ayudaran a vivir. Un día nos encontramos, creemos que con el último arriero, estando de maestro en uno de los pueblos en los que inicié mi labor docente, pero esa es otra cuestión. Hoy tan sólo, con motivo de la recreación de aquel oficio, queremos recordar que por nuestro pueblo pasaban las maderadas y quienes las transportaban.