Cuando muchos de ustedes lean este editorial seguramente ya estén preparándose para disfrutar de unos días de descanso, lejos de la rutina habitual. Guadalajara es el mejor destino para este puente en el que se puede elegir entre lo más variopinto de nuestra tradición, gastronomía y folklore. La festividad de la Asunción de María hace todos los años de nuestra tierra un reguero de fiestas y religiosidad popular. Es el caso de Sigüenza, de Brihuega, que honra a la Virgen de la Peña; de Cogolludo o Poveda de la Sierra, con la advocación de la Virgen de los Remedios; de Durón, con su Virgen de la Esperanza; de Uceda con la Virgen de la Varga; o de Pastrana y Congostrina con la Virgen de la Asunción. Pero, además, muchos son los municipios que aún sin tener la celebración de su patrón en estas fechas aprovechan estas semanas veraniegas y el incremento de población para realizar actividades festivas. No hay que olvidar que los municipios, que durante meses aparecen casi desiertos, multiplican hasta por 10 su población con motivo de la llegada de las fechas estivales. Es, precisamente, este fin de semana cuando esa llegada de antiguos lugareños alcanza su culminación. Se celebran fiestas en honor a María, trasladadas como ya hemos comentado de su emplazamiento primitivo: en Ocentejo, la Virgen del Rosario; en Galve de Sorbe, la Virgen del Pinar; en Clares, la Virgen del Lluvio; en Codes, la Virgen del Buen Suceso; en Terzaga, la Virgen del Buen Amor; en Torrecuadrada de los Valles, la Virgen de las Cuevas; en Peñalén, la Virgen de la Torre; en La Cabrera, la Virgen del Pulgar o en Viana, la Virgen de Nazaret. Un reguero multicolor de actos festivos y religiosos que salpica nuestra geografía y que sin duda multiplicará el tránsito de vehículos en nuestras carreteras. Disfruten de sus días de fiesta, pero recuerden que la responsabilidad al volante no se debe tomar vacaciones.
