Flexiseguridad

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

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El comentario
Victoria Lafora / Periodista
Díaz Ferrán defendió ayer las medidas que la CEOE considera imprescindibles para reactivar el mercado laboral y parar la sangría de perdida de puestos de trabajo. Son prácticamente las mismas que llevaron la ruptura del dialogo social con los sindicatos en julio de la año pasado.
¿Qué ha cambiado desde entonces? Hechos muy significativos: un aumento alarmante e insostenible de la cifra de parados, un cambio paulatino de opinión de los miembros del Gobierno del área económica ante la necesidad de afrontar una reforma laboral con nuevas modalidades de contrato y la debilidad de la propia CEOE presidida por aclamación por un empresario fracasado.
La falta de credibilidad de Díaz Ferrán, que ayer era esperado a la puerta del Foro Nueva Economía por un grupo de los seiscientos despedidos de su ex empresa Air Comet con pancartas e insultos, resulta patente y patética sobre todo cuando habla de la “flexiseguridad”. Esa figura ambigua que intenta copiar el modelo danés sin tener el nivel de formación de la población laboral de Dinamarca. Lo que si parece quedar claro es que los empresarios no pretenden, si es que lo pretendieron alguna vez, abaratar el despido de los trabajadores que actualmente todavía conservan su puesto de trabajo. Por tanto el nuevo marco normativo afectara solo a los nuevos contratos.

Pasará a la historia la indemnización de cuarenta y cinco días por año trabajado pero, en la negociación que debe comenzar a partir del cinco de febrero, sindicatos y Gobierno deben conseguir que también pase al olvido la limosna de ocho días por cada año en la empresa.

Dadas las perspectivas económicas para 2010, con una cifra de crecimiento tan baja que no permite otear creación de empleo, no sería admisible una nueva “espantada” de ninguno de los agentes sociales de la mesa del diálogo. De producirse esa falta de responsabilidad, la ultima palabra la tiene el Gobierno con capacidad para legislar sin acuerdo y buscando el apoyo de los grupos parlamentarios. Todo menos seguir en este marasmo cuando todos los organismos internacionales coinciden en su análisis de que la legislación laboral española no sirve para reactivar un mercado con cuatro millones de parados. El peor dato de Europa.