Fruto del relativismo

03/08/2011 - 00:00 Jesús D Mez

 
  Hoy hablamos de moral pero su sentido profundo empieza a esfumarse al extenderse las nuevas ideologías que han hecho del relativismo, de lo que es bueno para mí, del “todo vale”, una nueva forma de vida en la que se desprecia la virtud como norma existencial. Hago esta reflexión para enmarcar la tragedia provocada por el odio acumulado del noruego Ander Breivik hacia otras culturas, que ha llegado al colmo de confundir el terror con una “virtud”, necesaria para imponer sus ideas.
 
   Y es que, sin acudir a esta violencia extrema del asesinato en serie, las sociedades europeas están poblándose de movimientos radicales que confunden también una supuesta recuperación de valores perdidos con el rechazo a la inmigración, reflejo del miedo en que traducen su propia fragilidad e inconsistencia moral. Todo tipo de terrorismo, incluido el practicado por el salvaje Breivik, es un fruto más del relativismo que aspira a dejar en la cuneta de la vida los valores morales y la noción misma de justicia, que hicieron posible nuestras libertades democráticas.