Gadafi y Libia...sodomizados

25/10/2011 - 00:00 Esther Esteban

 
Hasta un sátrapa como Gadafi que implora clemencia mientras sus captores le llaman "perro", le gritan, le empujan y le humillan para, finalmente, descerrajarle un tiro en la nuca, merece un mínimo respeto como ser humano. Las imágenes de la detención y posterior ejecución del dictador han horrorizado al mundo occidental, el mismo que hasta anteayer recibía al visionario como un gran jefe de Estado, le dejaba instalar sus jaimas custodiadas por niñas vírgenes en el centro de sus ciudades y le mendigaba petróleo. El mismo que Occidente convirtió de la noche a la mañana en un tirano de la peor especie, que es lo que había sido siempre, aunque no interesara admitirlo.

  Se ha dicho que Gadafi fue sodomizado en cuerpo y alma antes de morir y por Youtube podemos ver cada día la imagen de un nuevo verdugo que se quiere apuntar la gloria. "Le agarramos, le golpee en la cara. Algunos combatientes querían llevárselo y entonces fue cuando le pegué dos tiros en el cabeza y el pecho", explica uno de ellos, mientras muestra orgulloso a la cámara una camisa ensangrentada y un anillo del estrafalario dictador.

  No hay nada en este final -por repugnante que nos parezca el personaje y lo fue- que no suponga una vulneración de los derechos humanos y de hecho la ONG Human Rigts Watch (HRW) posiblemente la más influyente de EE.UU. en derechos humanos ha recordado que "el asesinato de una persona detenida es una seria violación de las leyes de la guerra y es un delito que debe ser perseguido por el Tribunal Penal Internacional", a la vez que ha pedido al Consejo Nacional de Transición libio la rápida apertura de una investigación independiente, con la participación internacional, acerca de esta muerte. ¡Lisonjas! Pero más allá del espectáculo de la detención y muerte de Gadafi, lo que estremece y pone los pelos como escarpias es la hoja de ruta que ha marcado el Gobierno rebelde, prometiendo defender la Sharia en la nueva Libia y advirtiendo que, como nación islámica, cualquier ley que contradiga los principios del Islam será legalmente anulada.

   El presidente citó como ejemplos que, durante el anterior régimen, se permitía el divorcio y se prohibía la poligamia, cosa que ya no sucederá y oyéndole uno se pregunta en qué ha quedado la famosa primavera árabe, que olía a democracia y rezumaba esperanza y libertad. Uno se pregunta si después de la sodomización de Gadafi ocurrirá lo mismo con el pueblo libio y crecen los temores. Se dirá que aun es pronto para adivinar un futuro incierto, pero el reloj de la nueva Libia ha empezado ya a marcar el paso y lo hace sin tambores de guerra, pero no proclamando libertad.

  Es verdad que el régimen que lideró el dictador con mano de hierro durante más de 40 años ha llegado a su fin. Ya no paseará más sus extravagancias por el mundo, ni veremos a sus guardaespaldas femeninas armadas hasta los dientes o sus enfermeras ucranianas, ni oiremos más sus incendiarios mensajes prometiendo "aplastar a las ratas insurgentes", pero ¿qué será de su pueblo en este tiempo nuevo? Ahí está la cuestión.