Gentes sin holganza

Hemos entrado de lleno en un verano alargado de 93 días y 15 horas, que podemos aprovechar para viajar, correr aventuras, leer, pasar calor, caminar, tumbarnos a la bartola e incluso llegar a aburrirnos. O simplemente pasar el rato, como decía Baroja que es en lo que consiste la vida. Se ha impuesto la desbandada escolar hasta septiembre y algunas oficinas ya han colgado el “Cerrado por vacaciones”.

Dicen los historiadores que las vacaciones (vacatio, exento de obligación) comenzaron con un descanso que se otorgaron los jueces con el noble propósito de no distraer a los agricultores en meses de máxima labor. Luego se apuntaron los clérigos, que tenían a su cargo la educación y, poco a poco, incorporaron este descanso en el calendario escolar. Después, los trabajadores de fábricas y oficinas. Todos gustosamente forzados, para dejar trabajar en paz a la gente del campo.

En el campo hasta hace apenas unos 50 años, sin apenas tractores y cosechadoras, todo era esfuerzo humano con ayuda de animales. Los agricultores penaban Julio y Agosto segando, acarreando trigo o cebada, trillando en la era, aventando los días con aire… Dos meses sin un día de descanso, sin ducharse porque no había duchas y total para qué. En los  ochenta le pregunté para un reportaje a una señora en Fuente del Maestre (Badajoz): Con esta sequía, sin agua, ¿cómo se duchan? “Oiga, aquí no estamos enfermos, no la necesitamos”, contestó.

Todavía hay gente sin vacaciones. Una encuesta del INE asegura  que un 34,3% de españoles no puede permitirse ni una semana fuera de casa. El porcentaje sube al 38% en Castilla-La Mancha, pero en siete comunidades con Andalucía y Extremadura a la cabeza están peor. Los vascos y los vecinos aragoneses tienen la situación más holgada. También es cierto que nuestra comunidad sigue liderando el sector terciario. La agricultura representa el 9% del valor añadido bruto (VAB) frente el 0,1% de Madrid o el 1% de Cataluña. Los currantes del agro tampoco en estos tiempos están para holgazanerías.

Varios estudios confirman que para la salud cardiovascular mejor que las dietas y pastillas es tomarse vacaciones con más frecuencia. Diputados, senadores y asimilados han tomado nota. Ya llevan dos meses largos por delante. Los próximos 22 y 23 invisten o no y se vuelven.