Gracias a las personas e instituciones

En primer lugar a la Residencia de la Tercera Edad “El Balconcillo”, donde recaló mi esposo en noviembre del pasado año y cuyos componentes, desde la Sra. Directora hasta los profesionales de cualquier condición que allí trabajan, nos acogieron con dedicación intachable, pero sobre todo con cariño, no faltando nunca una palabra amable que me ayudara a sobrellevar lo irremediable.

Asimismo, al personal del Hospital Universitario en sus secciones de Geriatría y Urgencias que igualmente han desarrollado su cometido con responsabilidad, pero con afecto, incluso con ternura, sobre todo en el último mes de mayo que nos vimos obligados a permanecer en dicho hospital. Las doctoras Miriam Jiménez Couso y Marta Pérez, como el resto del personal de la planta de Geriatría, no nos dejaron sentir soledad ni en el momento final. Finalmente, en la figura del doctor Victor Palomo, dar las gracias a todos los componentes de la sección de Urgencias.

A todos ellos, repito, muchas gracias por su labor que muchas veces permanece anónima, pero que resulta tan necesaria y que tanto ayuda en momentos difíciles.