Guadalajara, de ida y vuelta

22/12/2024 - 14:11 Gracia Iglesias/Escritora

En el gran pabellón internacional del FIL de este año no fui la única escritora que enarboló la bandera de la Guadalajara castellana.

Una cosa es que te lo cuenten y otra verlo con tus propios ojos; experimentar en primera persona la abrumadora monumentalidad de un evento del que has escuchado hablar mil veces. Hasta donde me alcanza la memoria desde que di mis primeros pasos como escritora, en estas fechas hay un topónimo que se repite insistentemente en todas las reuniones y corrillos de profesionales de la literatura: Guadalajara. Más concretamente su feria del libro, considerada la mayor del mundo en cuanto a visitantes y ventas, y la segunda más grande del planeta (primera de habla hispana) en cuanto a volumen de negocio editorial, es decir, operaciones de exportación y compraventa de derechos.

Supongo que a estas alturas, comprenden ya que hablo de la FIL, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara Jalisco, en México, no de la modesta y querida Feria del Libro de nuestra Guadalajara que, en comparación (y dicho con todo cariño y respeto) parece un mercadillo popular. Pero, ojo, ¡nada de complejos! Que la reputación de nuestra provincia es internacional por otras cosas. Esta que suscribe lo pudo comprobar hace tres semanas cuando partió desde aquí, desde la Alcarria, hacia el otro lado del océano para vivir en directo el legendario evento y formar parte de él con una modesta aportación.

Apoyada por la editorial Libre Albedrío, con la que he publicado varios libros, presenté en Jalisco mi Extraña Trilogía, compuesta por tres álbumes infantiles muy exitosos a este lado del Atlántico: La extraña visita, La extraña sorpresa y La extraña familia, ante un público de profesionales compuesto, sobre todo, por bibliotecarias, maestras, editores, reseñistas y mediadores. Al presentarme y decir que vivo en Chiloeches, en la Guadalajara española, volaban las sonrisas y en más de una ocasión alguien me preguntó por Blanca Calvo y nuestro preciado Maratón de los Cuentos, o dirigieron elogios a la miel y la lavanda que tanto nos representan. Cada vez que esto ocurría, se me subían los niveles de orgullo patrio en sangre.

Gracia Iglesias con la escritora Rosa Montero. 

En el gran pabellón internacional de la FIL de este año no fui yo la única escritora que enarboló la bandera de la Guadalajara castellana. De hecho, el mejor escaparate de nuestra historia, tradiciones y cultura lo presentó el escritor y editor Julio Martínez, fundador de Océano Atlántico Editores (OAE), que desarrolla una intensa labor cultural a ambos lados del charco y quien consiguió el apoyo de nuestra Diputación Provincial para llevar una interesante representación de editoriales de aquí, aprovechando el hecho de que este año España era el país invitado de la FIL.

En sus casi cuarenta años de historia, es la segunda vez que esta gran feria tiene a España como protagonista. Debido a ello, el Ministerio de Cultura a través de la entidad pública Acción Cultural Española (AC/E) hizo desembarcar en Jalisco una delegación de casi 300 participantes, entre escritores, ilustradores, músicos, artistas visuales, chefs y otros agentes del sector, con un interesantísimo programa que llevaba por título “Un camino de ida y vuelta”. Entre las estrellas españolas que despertaron mayor interés, provocando largas colas para conseguir una firma, cabe mencionar a las escritoras Irene Vallejo y Rosa Montero, y la psiquiatra Marian Rojas Estapé. En el apartado de literatura infantil y juvenil, que personalmente me interesa mucho, el comité español incluyó a Ledicia Costas, Chiki Fabregat, David Lozano y Jordi Sierra i Fabra, entre otros.

Según cifras oficiales, en esta edición de la FIL han participado 2.000 expositores de 47 países, que han recibido la visita de más de 800.000 personas. Formar parte de ello por primera vez en mi vida ha sido, para mí, una de esas experiencias que marcan un antes y un después.