Guadalajareños en América.
Artículo de opinión de José María Camarero García
Al hablar de la presencia de nuestros paisanos en tierras americanas, pensamos en personajes de renombre como Nuño Beltrán de Guzmán, nacido en Guadalajara el 31 de octubre de 1490. Fundó una serie de poblaciones entre las que se encuentran : Sahuayo, Michoacán, San Miguel de Culiacán, Santiago de los Valles, Compostela, y la primera fundación de Guadalajara en Nueva España,(México). Antonio de Mendoza y Pacheco nacido en Mondéjar entre 1490 y 1493 y muerto en Lima en 1552, fue el primer virrey de la Nueva España desde 1535 hasta 1550 y segundo del Perú, de 1551 a 1552.
Pero hubo muchos otros que fueron a esas tierras en busca de nuevas oportunidades, pero sobre todo de un cambio de vida, una nueva vida lejos de estas ásperas tierras castellanas.
Algunos hicieron fortuna como fue el caso del vecino de Albalate de Zorita, Pedro de Arriba, del cual tenemos noticias como ocurre en numerosos casos, gracias a su testamento. Fue realizado en 1565 en Nueva España, en el pueblo de Michimaloya, provincia de Tula (actual Tula de Ayende, Estado de Hidalgo) a unos 90 kilómetros de México D.C. Hijo de Antón García de Arriba y de Catalina García Martín. Fue enterrado en la iglesia del monasterio del pueblo de Tula(actual Catedral de José). Nombró como albaceas a Pedro Gonzales Aguilar y Juan Velasques Rodríguez para gestionar sus bienes. A su muerte tenía “un cofre barrenado de dos llaves” que contenía 4300 pesos de oro en reales, “ciertas planchuelas de plata” y varias piezas de plata labrada entre ellas un pichel o jarra.
Entre las cláusulas del testamento, Pedro pedía que se hicieran: 10 misas de Réquiem a su muerte en los monasterios de Santo Domingo y de San Agustín de la ciudad de México, daba 5 ducados al Hospital de Nuestra Señora de la Concepción, 10 pesos de oro al Hospital del Amor de Dios, otros 10 pesos de oro al colegio de San Juan de Letrán de la ciudad de México y 50 pesos de oro al Hospital de los Indios de Tula.
Contó con el servicio de un esclavo negro llamado Juan y una esclava negra llamada Catalina y su hijo que tenía por nombre Francisquillo. También tuvo como criados a los indios Dominguillo, María y Pablillo a los que dejó 12 pesos de oro “por sus servicios”. A los albaceas Pedro Gonzales Aguilar y a su mujer Lázara de Almodóvar, les dejaba 600 pesos de oro y la esclava Catalina y su hijo Francisquillo. Y a Juan Velasques Rodrigues 200 pesos de oro y al esclavo Juan.
Por último, daba “todo el remanente de los dichos mis bienes” a su hermana María, viuda, que vivía en Albalate, además, dejaba una cantidad de 500 pesos oro a su hermana y al cura de la parroquia de San Andrés de Albalate para se constituyera una capellanía.
Como se puede observar, Pedro de Arriba, fue uno de esos españoles que hizo fortuna en América. El testamento fue firmado por el sevillano Gerónimo Mercado Sotomayor, Corregidor del pueblo de Tula. Gerónimo, fue uno de los 340 españoles, que con unos cientos de indios aliados formó parte de la expedición capitaneada por Francisco Vázquez de Coronado entre 1540 y 1542 a la región del Medio Oeste de los actuales Estados Unidos, en una ruta que le condujo por Arizona, Nuevo México, Texas y Oklahoma hasta las grandes praderas de Kansas, en busca de las míticas Siete Ciudades de Cíbola y Quivira. En esta expedición también participaron guadalajareños, entre ellos estaban: Pascual Bernal, de Molina de Aragón, Pedro Cortés, de Tendilla, Alonso del Moral, de Fontanar, Juan de Peñas, de Viana de Mondéjar, Miguel Sánchez, de Retorillo, provincia de Soria, por aquel entonces este pueblo pertenecía a la tierra de Atienza y de Guadalajara capital: Pero Hernández, Gaspar de Saldaña, Don Rodrigo Maldonado y Sebastián de Soto.
De Almonacid de Zorita, se tiene registro de varios vecinos que cruzaron el Atlántico, entre ellos tenemos a Juan de la Oliva, que fue Canónigo en la ciudad de México. En 1576 hizo testamento, en el cual especifica que cedía al cura y a los dos alcaldes de Almonacid una cantidad de 600 pesos de oro común en reales, para que constituyeran una memoria que fuera dedicada a “casar doncellas y viudas pobres”. En 1589 salía de la población de San Cristóbal de la Habana un arcón con los 600 pesos y al año siguiente se hacía entrega la partida de ese dinero.
Otro de los vecinos de Almonacid fue Gabriel Martínez, hijo de Gabriel Martínez de Escala e Isabel, la Gumiela, era menor de edad y a sus 19 años pretendía pasar a las Indias, por lo que en 1595 se hizo información para permitir el viaje, tras dar el visto bueno, el 14 de marzo de 1597 se daba permiso para “el pase a la provincia de tierra firme” como criado de Miguel Rodríguez.
En 1606, se recoge otra información para poder “pasar a las indias”, en este caso de Juan Bautista López de Guadalajara, al igual que Gabriel, tras realizarse un interrogatorio por parte de varios vecinos de Almonacid, el 25 de Febrero de 1606 se daba permiso para el viaje.
De Illana también salieron diferentes vecinos, en 1590 Antonio de Illana, clérigo presbítero, pedía permiso para ir a Nueva España como cura racionero de la iglesia de la ciudad de México. Antonio tenía 40 años “ . . . de buen cuerpo moreno con una señal de herida en la frente arriba de la ceja izquierda . . .” el 14 de Julio de ese año se registraba en la casa de contratación de Sevilla para su partida.
Estos son algunos de los ejemplos de guadalajareños que cruzaron el Atlántico para vivir una nueva vida en lugares muy diferentes a nuestras tierras castellanas, en este caso, a Nueva España, actual México.