Guzmán y Carlos, dos hombres buenos de la Alcarria

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
RICARDO MURILLO Y MURILLO Guadalajara
Se nos han ido en plena primavera después de una larga y penosa enfermedad. Me complace mucho hacer la glosa de estos dos amigos, pero lo hago con dolor.El entierro impresionante, masivo en sus pueblos, Albalate de Zorita y Zorita – en los que fueron alcaldes durante muchos años–, es un testimonio más de lo mucho que sus paisanos y amigos de fuera les hemos querido.

Confieso que cuando desde Andalucía pienso en mi Alcarria, lo que más me llega al corazón, por encima de sus paisajes y sus monumentos, es su gente. En la Alcarria, lo mismo que en el resto de las comarcas guadalajareñas, han vivido y viven mujeres y hombres buenos y menos buenos, pero el que sale bueno –perdón por la figura retórica–, es “jamón de pata negra”; y Guzmán y Carlos eran alcarreños “pata negra”. Los que les conocimos, hace ya muchos años, sabemos que, sobre todo, amaban a su familia y a sus pueblos entrañablemente. Eran hombres íntegros, buenos, solidarios, leales, generosos, listos, cristianos, cariñosos. Su vida es un ejemplo. Murieron en paz, como habían vivido; rodeados de sus mujeres –Julia y Goya–, de sus hijas, nietos y familia.
Su recuerdo quedará siempre vivo en nuestra memoria. Dijo un poeta que “eso de tener fe es fantástico”. Junto al dolor de su ausencia está la alegría de la fe en la otra vida, en la que millones de cristianos creemos. Descansen en paz.