Hacia la abstención

09/10/2016 - 13:18 Pedro Villaverde Embid

El PSOE no va a suicidarse en unas terceras elecciones con los peores presagios.

Después de la tormenta siempre llega la calma y tras la cruenta batalla, afortunadamente solo dialéctica, vivida en la sede de Ferraz,  avivada por las pancartas, voces y emociones en el exterior, ya van volviendo las aguas a su cauce. Han sido sin duda momentos muy duros para los socialistas de corazón, es decir para todos los que estaban en las oficinas, en la calle y para los millones que desde sus hogares seguían la información a través de los medios. Nunca un secretario general había dividido tanto a los suyos, roto tantos suelos electorales y lejos de dimitir se había empeñado en seguir por un camino disparatado, haciendo bueno aquello de que no hay peor ciego que el que no quiere ver. El desenlace ha sido brusco y doloroso, pero también rápido y seguro que el mejor. Toca calmar y mirar al futuro con perspectiva e inteligencia. Lo que el Partido Socialista necesita ahora es tiempo para rehacerse, para coser, como les ha gustado decir estos días y volver a ilusionar a los desencantados y decepcionados en torno a un proyecto y a un nuevo líder. Por ello no van a suicidarse en unas terceras elecciones con los peores presagios para distanciarse aún más de la que es primera fuerza del país y posiblemente perder el puesto de líder de la oposición a manos del populismo. Virgencita que me quede como estoy. La abstención que finalmente permitirá la formación de un gobierno en España será vista como un ejercicio de responsabilidad y sentido común por muchos y como una cobardía y hasta una traición por otros, pero simplemente es lo que toca hacer, lo que conviene a este partido y ahora mismo al país. Tal vez al PP le interesase más ahora esas terceras elecciones para tener una legislatura menos complicada, pero saben también que serían perjudiciales para los intereses generales y que las encuestas fallan porque la gente es imprevisible y más con los juicios que se están celebrando en la Audiencia Nacional. Page, en Castilla-La Mancha, y otros líderes regionales en sus comunidades, si se cumplen las amenazas, pagarán con mayor inestabilidad en sus parlamentos la posición adoptada en Madrid, pero seguirán gobernando. No deben tener miedo.