Hacia la consolidación de una tendencia

Por fortuna, los análisis ya se realizan teniendo en cuenta las cifras de creación de empleo y no las de destrucción. En la generación de empleo se aprecia un tímido repunte en la construcción y en el sector servicios. Más de la mitad de las nuevas colocaciones apuntan a la estacionalidad, debido a la necesidad de mano de obra ante la llegada del verano. Sin embargo hay indicios esperanzadores, ya que más del 10 por ciento de los nuevos puestos de trabajo se han creado en el sector industrial y el 30% en la construcción, que llegó a ser el motor económico de la provincia. Hay que lamentar el descenso de la mano de obra agrícola, aunque a la hora de hacer balance de la misma hay que considerar de la misma manera la estacionalidad, ya que, dependiendo de los cultivos, se necesita más o menos empleados. Otro de los datos que hay que valorar, de cara a logro de un crecimiento estructural del empleo, es el hecho de que el desempleo ha disminuido en las cinco provincias castellano-manchegas, en todos los sectores productivos, en todas las edades, en cifras similares en hombres que en mujeres y por encima de la media nacional. Han sido casi 4.000 parados menos en el ámbito regional. Estas cifras apuntan a que las políticas activas de generación de empleo están empezando a dar su fruto, a lo que se suma el hecho de que progresivamente los empresarios van perdiendo el miedo a contratar, ante una situación económica que comienza repuntar, con un dato como telón de fondo: la confianza de los consumidores subió un 7,7% durante el mes pasado.