Hermanitas imprescindibles

30/10/2016 - 10:55 Antonio Yagüe

Cuál es la especie más importante para el resto de los seres vivos de nuestro planeta? No pocos dirían que el hombre e incluso algún miembro de su familia, su perro u otra mascota, sus ovejas o  sus cabras.

¿Cuál es la especie más importante para el resto de los seres vivos de nuestro planeta? No pocos dirían que el hombre e incluso algún miembro de su familia, su perro u otra mascota, sus ovejas o  sus cabras.  Fríos. Tampoco son los hongos, ni los pinos, ni las bacterias, ni los conejos ni los murciélagos.
    El asunto, con la idea de elegir la especie sin la cual se nos haría casi imposible vivir en este mundo, fue debatido en la Real Sociedad Geográfica de Londres hace unos días por cuatro científicos. Como si se tratase de políticos postulándose a presidentes de la nación. Pero con más seriedad y rigor que los Rajoy, Rivera, Sánchez o Iglesias. La audiencia, y eso que no formaba parte de ella ningún alcarreño, se decantó en su voto por las abejas, tras las pruebas y evidencias mostradas por el profesor George McGavin.
    El experto les convenció explicando cómo un cuarto de millón (casi nada) de especies de plantas florales dependen de ellas. También que son cruciales para la  agricultura, y que sin las abejas no sólo perderíamos a las flores, sino a muchos otros vegetales, incluidos árboles frutales, y el 70% de otros cultivos que comemos a diario.
    “Son tan importantes en la cadena de la vida, que un mundo sin ellas sería catastrófico”, aseguró McGavin. Explicó que se calcula que en todo el mundo hay unas 20.000 especies de abejas, la  mayoría de ellas polinizadoras. Pero, poco a poco, están desapareciendo por culpa de plaguicidas, pesticidas y enfermedades.
    Visto lo visto, cada vez son más numerosos los partidarios de empezar a considerar y tratar a estos insectos como especie protegida. Normal, sobre todo en los dos únicos lugares del mundo,  Australia y Nueva Zelanda, donde las abejas están libres de varroasis y otras tres enfermedades que las azotan. Allí, según explicaron, tampoco tienen temporada de frío y una colmena llega a producir 120 kilos al año. En España y otras regiones difícilmente se acercan a la mitad.
    Como nuestros antepasados apicultores y muchos  actuales, deberíamos considerar a las abejas como de la familia, verdaderas parientes de todo el mundo. Y  empezar por contarles a los niños que solo pican cuando ven en peligro su enjambre-familia o tienen algo muy suyo, la exquisita miel, que defender.