Historias de la historia en Carnaval

Más de un libro se podría escribir con cada uno de los disfraces que dentro de poco se pasearán por las calles de la capital. Ya se ha asomado alguna vez un traje de novia perteneciente a la tatarabuela de una vecina de esta ciudad. Todo una reliquia que con seguridad supera los 200 años. Un traje negro, fabricado completamente en seda. Si los ropajes hablasen, qué de historias nos contarían. Con una cola de serpiente, como la tentación de Eva en el Paraíso, con unas alas bordadas como si de un cielo estrellado se tratase, con el pecho al descubierto en una llamada a la lujuria y la máscara en mano para ocultar su verdadera identidad, la reina del Carnaval ya hizo su aparición hace varios años.