Hogueras de Nochebuena
01/10/2010 - 09:45
EL COMENTARIO
Teodoro Alonso - alconro@gmail.com
El anuncio y comienzo de la Navidad se asocia ahora con el encendido de las luces en las ciudades. Iluminaciones deslumbrantes o decoraciones modestas y sencillas no faltan incluso en esos tiempos de crisis y arcas vacías de los ayuntamientos.
La luz en medio de la noche producida por cualquier medio ejerce un poderos atractivo para los humanos desde tiempos remotos y ha sido un recurso simbólico universal para celebrar fechas o acontecimientos sigulares .
El cambio de estaciones, que se produce con el solsticio de invierno en diciembre o con el equinocio en junio, ha sido celebrado desde antiguas civilizaciones con rituales alrededor del fuego. Las hogueras de San Juan son las mas conocidas, pero también hay hogueras de Nochebuena. Son formas cristianizadas de celebraciones mas antiguas y ancestrales: un fenómeno normal que indica la continuidad y semejanza de todas las culturas.
La hoguera de Nochebuena se ha mantenido en algunos de los pueblos de la provincia de Guadalajara y, a pesar de la escasez de población sobre todo en estas fechas, se siguen manteniendo como señal de supervivencia e identidad. En uno de estos pueblos, Tartanedo, en Tierra de Molina, era costumbre que fueran los casados durante el año los que fueran al monte a por unas cargas de leña para preparar la hoguera y los niños ayudaban pidiendo leña para calentar al Niño de casa en casa. Ahora ya no hay ni casados o niños en número suficiente para esta tarea, y se hace entre todos. No falta nadie cuando llega el momento de encender la hoguera, de calentarse alrededor y entonar el villancico original del lugar:
Entre la noche y el día, el Niño Jesús nació,
era lo noche sombría y el mundo se iluminó.
La costumbre de encender hogueras en estas fechas admite variaciones y modalidades diversas en diferentes pueblos. Así en varios de ellos la hoguera se adelanta a la víspera de la Inmaculada, el siete de diciembre, y para ello necesitaron un privilegio especial del Papa. Así ocurre en Molina, Horche o Romanones. En otros se celebran sobre todo las hogueras de San Antón, un santo muy popular, protector de los animales domésticos ( no de la fauna salvaje,como podríamos hoy estar inclinados a pensar, para eso está San Francisco de Asís).En Alustante es una fiesta importante con hoguera incluida.
Estas formas de celebrar las fiestas son un contrapunto a la modalidad comercial que ahora prevalece. Frente al agobio de la publicidad y el consumo obligatorio del presente es un privilegio poder participar y unirse a otras celebraciones y sentir que uno tiene un doble vínculo y pertenencia, a la ciudad y al pueblo, al presente y a los ancestros.
El cambio de estaciones, que se produce con el solsticio de invierno en diciembre o con el equinocio en junio, ha sido celebrado desde antiguas civilizaciones con rituales alrededor del fuego. Las hogueras de San Juan son las mas conocidas, pero también hay hogueras de Nochebuena. Son formas cristianizadas de celebraciones mas antiguas y ancestrales: un fenómeno normal que indica la continuidad y semejanza de todas las culturas.
La hoguera de Nochebuena se ha mantenido en algunos de los pueblos de la provincia de Guadalajara y, a pesar de la escasez de población sobre todo en estas fechas, se siguen manteniendo como señal de supervivencia e identidad. En uno de estos pueblos, Tartanedo, en Tierra de Molina, era costumbre que fueran los casados durante el año los que fueran al monte a por unas cargas de leña para preparar la hoguera y los niños ayudaban pidiendo leña para calentar al Niño de casa en casa. Ahora ya no hay ni casados o niños en número suficiente para esta tarea, y se hace entre todos. No falta nadie cuando llega el momento de encender la hoguera, de calentarse alrededor y entonar el villancico original del lugar:
Entre la noche y el día, el Niño Jesús nació,
era lo noche sombría y el mundo se iluminó.
La costumbre de encender hogueras en estas fechas admite variaciones y modalidades diversas en diferentes pueblos. Así en varios de ellos la hoguera se adelanta a la víspera de la Inmaculada, el siete de diciembre, y para ello necesitaron un privilegio especial del Papa. Así ocurre en Molina, Horche o Romanones. En otros se celebran sobre todo las hogueras de San Antón, un santo muy popular, protector de los animales domésticos ( no de la fauna salvaje,como podríamos hoy estar inclinados a pensar, para eso está San Francisco de Asís).En Alustante es una fiesta importante con hoguera incluida.
Estas formas de celebrar las fiestas son un contrapunto a la modalidad comercial que ahora prevalece. Frente al agobio de la publicidad y el consumo obligatorio del presente es un privilegio poder participar y unirse a otras celebraciones y sentir que uno tiene un doble vínculo y pertenencia, a la ciudad y al pueblo, al presente y a los ancestros.