Honrar a los muertos

01/11/2020 - 12:07 Pedro Villaverde Embid

Este año hemos visto formas de morir que no pensábamos que pudiesen suceder en pleno siglo XXI en un país como España.

Sorteos, turnos o filas a las puertas del camposanto para un 1 de noviembre condicionado por la pandemia que impide las reuniones numerosas de personas en cualquier espacio. Dispositivos especiales de la Policía Local controlarán el acceso al cementerio de la capital y el sentido de la responsabilidad, tal vez junto a efectivos de la Guardia Civil o voluntarios, lo hará en nuestros pueblos a donde son muchas las personas que se desplazan estos días para limpiar las tumbas, poner flores y rezar por sus difuntos. Algunos, también, esperan este significativo puente para el regreso a las ciudades donde se combate mejor los rigores del invierno. Será una fecha especial en las formas, con limitaciones para la venta de flores, suspensión de la representación de don Juan Tenorio por las calles y de las fiestas de Halloween, pero seguirá representando un momento único de recuerdo, homenaje y visita a familiares y amigos fallecidos.

    En este año 2020 cobra, además, especial relevancia porque demasiada gente ha perecido-  a causa del Covid-19, directa o indirectamente, sufriendo sin la compañía de sus seres queridos, incluso sin la atención médica precisa por el colapso en los centros hospitalarios y la cruel obligación, como en las guerras, de decidir quienes vivían y quienes partían. Han muerto de manera injusta, cruel, bastantes en residencias de ancianos sin ser trasladados al Hospital, aislados por apestados, sin la caricia de un familiar, sin velatorio, ni funeral y un entierro reducido a un grupo muy pequeño en el que faltaban parte de los más cercanos.Este año hemos visto formas de morir que no pensábamos que pudiesen suceder en pleno siglo XXI sin tan siquiera mostrar el cadáver a los familiares por precaución sanitaria.Año de mucho dolor que pone en valor la importancia de la despedida en los momentos finales y en las honras fúnebres como consuelo. Deseamos que este 1 de noviembre sirva para llenar en parte el vacío experimentado por quienes han sufrido esta triste experiencia- casi todos de alguna manera- y para exigir que nunca más muera nadie por falta de recursos o de previsión. Nuestro corazón está hoy con las víctimas y sus familias.