Hora de cambio radical social

27/03/2020 - 19:15 Fernando Almansa

El Gobierno está tomando medidas, ahora de gran calado; tarde muy tarde y de forma parcial y sin congruencia; solo a partir del RD del 17 de marzo.

La crisis provocada por la pandémica del COVID-19 o Coronavirus, no tiene precedentes en la sociedad española, ni a nivel mundial. Ya se ha dicho repetidamente, es una crisis total en lo sanitario, en lo social, en lo político e institucional y muy especialmente en lo económico.

Todo se ha visto trastocado: la cotidianidad laboral y social; la economía de las familias y de las empresas. El Gobierno está tomando medidas, ahora de gran calado; tarde muy tarde y de forma parcial y sin congruencia; solo a partir del real Decreto del 17 de marzo se empiezan a tomar medidas más integrales y congruentes, y que aunque llegan tarde, bienvenidas sean.

El día 15 de marzo  llegué a España desde Asia, vía Barajas; al llegar, ni un aviso, ni una media para controlar temperatura a los pasajeros, ni medidas para distanciar las colas en el paso de pasaportes, etc., ¡Nada!. No se trata de que el Gobierno dicte todo, sino de que todas las autoridades, todas las instituciones y ciudadanos se tomen en serio la gravedad del asunto.

Ahora, el ejército y la policía, alcanzan protagonismo total, junto al cuerpo médico que ya parece pasar a un segundo plano.

En España, tenemos una batería enorme de cuerpos armados; armados con armas diseñadas para matar, y que en grandes crisis hay que reconvertir para asumir funciones de protección social que no requieren armas de matar sino de vida y convivencia.

Las costumbres y reglas de higiene, de vecindad, de trabajo, de uso de tecnologías de la información, de convivencia social, de espacio personal, de higiene mental, de efectividad institucional …; todas ellas están cambiando y cambiarán aún más a medida que pasen los largos días que quedan por delante.

El presidente del Gobierno, insiste en que esta crisis es temporal y pasará, así lo creo yo también, pero las secuelas, no serán temporales, me temo, sino permanentes. Tampoco será temporal, la crisis medioambiental que también se acerca, y que tendrá también unas consecuencias devastadoras y probablemente apocalípticas.

Sólo hay una vía posible: diseñar y comprometerse con un cambio radical del modelo social. Cambiar el modelo de consumo, el modelo de producción, el modelo de relaciones sociales y laborales, revisar a fondo las razón de ser de todas y cada una de las instituciones. Avanzar urgentemente hacia una sociedad, más viable, más lógica e inteligente, con menos armas y menos ejércitos, y con más servicios sociales de sanidad, educación y bienestar; respetuosa con su entorno y con la dignidad de todos los seres humanos y de toda la naturaleza.