Hoy va de dineros

11/05/2011 - 00:00 Victoria Lafora

 
Parece que se agotaba el filón de Bildu como argumentario de campaña cuando un etarra excarcelado se abraza a la pancarta con las siglas y vuelve el jaleo. La verdad es que la imagen repugna y muestra la chulería de esta gentuza. Pero el tema hoy va de dineros. De cómo lo emplearían unos y otros para favorecer al personal. Las promesas se multiplican y algunas ponen el caramelo en la boca del necesitado y resultan ser un imposible. Pero da igual, se sale por la tangente y se continúa con las propuestas pintorescas.
  El ejemplo más llamativo es el de Esperanza Aguirre. Sin consultar con su partido (que se opone a la medida) ofreció que si revalida en la Comunidad de Madrid, propondrá que la entrega de las llaves al banco cancele el impago de la hipoteca. Tuvo que ser el portavoz del Senado, Pío García Escudero, quien le recordó que no tiene competencias para llevar a cabo esa populista y brillante oferta a los madrileños. Cuando los periodistas quisieron saber por qué había prometido lo que no podía, contesto sin inmutarse "que le pregunten a Pío, Pío, Pío". Por el contrario, los socialistas utilizan a placer el argumento del miedo. Advierten a los electores que, de llegar los populares al poder, los recortes en prestaciones serán terribles. Como si la gente no estuviera ya acostumbrada desde mayo del año pasado a apretarse el cinturón.
   Zapatero niega la mayor y llama "bellacos", por mentir, a los que le acusan de haber hecho recortes sociales. Se supone que la congelación de las pensiones, la rebaja del sueldo de los funcionarios, la desaparición del cheque-bebe, son mejoras que los ingratos ciudadanos no quieren ver. Pero, como se sospecha que el miedo hace salir a los electores de sus casas, el PP le ha cogido el testigo y su portavoz económico Cristóbal Montoro amenaza con la debacle general. En medio de la caótica situación griega y siguiendo la senda de Aznar, advierte que España deberá ser rescatada si no gobierna su partido, el PP. Mientras tanto, Rajoy a lo suyo.
  No desmiente ni a unos ni a otros y sigue su campaña por toda España. Más que apoyar a sus candidatos se está promocionando el mismo un año antes de tiempo. Piensan los estrategas de Génova que si todo va a peor, como preconizan, el adelanto electoral será inevitable y a su líder le pillará con la campaña electoral hecha. Al final, entre tantas promesas imposibles de cumplir, amenazas sobre un futuro peor todavía, listas con implicados en corrupción y el hastío general, puede que la ciudadanía utilice la jornada electoral para irse al campo.