Iglesia diocesana

09/11/2018 - 12:30 Pedro Villaverde Embid

Sin su auxilio a los necesitados la situación de pobreza sería mucho más elevada, incluso en tiempos recientes hubiese sido insostenible.

Este domingo celebramos el Día de la Iglesia Diocesana que sirve para conocer más de cerca las entrañas de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, su estructura, sus números, el servicio que presta a la sociedad tanto por la impartición de sacramentos como en su aspecto caritativo, algo a valorar, con independencia de las creencias de cada cual, muy libres en un Estado aconfesional, a la hora de juzgar a esta institución. El pasado martes el obispo, Atilano Rodríguez, junto al ecónomo, hacia la radiografía, explicaba con cifras qué es lo que hace y a quién beneficia el funcionamiento de una iglesia que opera en todo el mundo y se nos hace cercana en nuestras parroquias. Así, en lo que a nuestra provincia se refiere, nos contaba los datos de 2017, que dicen que se han sido servidas 46.650 comidas a los más necesitados, se ha atendido a 8.337 personas, 1.044 en exclusión social y se mantienen abiertos un total de 14 centros sociales o asistenciales. Es la forma de poner en práctica el contenido del Evangelio, los valores del cristianismo que abogan por la justicia social y la asistencia al pobre, al marginado. Cáritas tiene 745 voluntarios en la Diócesis, Manos Unidas otros 18 y sin este organigrama, sin este auxilio a los desafortunados, la situación de pobreza, precariedad, alarma social por necesidad, sería mucho más elevada, incluso en tiempos recientes por la crisis hubiese sido insostenible porque los gobiernos no pueden por sí solos resolver estas realidades sociales. La Iglesia, por otra parte, da ejemplo con su mensaje de paz, amor, igualdad, concordia e inclusión. Los principios que enseña ayudan a la construcción de una sociedad mejor respetando la libertad de pensamiento de cada ciudadano. Es cierto que algunos de sus miembros no han sido o son ejemplares por tantas cosas, delictivas muchas, que resultan vergonzosas y deben depurarse, que tiene que actualizar algunos posicionamientos a los tiempos cambiantes, evolucionar para no ser apreciada como algo desfasado, de otro momento, pero ello no tiene que impedir poner de relieve lo que aporta para el bien individual y colectivo manteniendo 439 parroquias rurales, 45 bienes inmuebles de Interés Cultural, ofreciendo 195.000 horas de actividad pastoral, gestionando 10 centros educativos católicos o impartiendo más de seis mil sacramentos al año sin cuantificar las confesiones o comuniones.