Indignidad ante ETA

28/03/2011 - 00:00 Antonio Pérez Henares

El acta de la reunión entre los enviados del Gobierno Zapatero y los etarras, levantada por estos últimos, es la muestra fehaciente de una indignidad política, de una verdadera genuflexión del estado de Derecho ante una organización terrorista. Del hilo del caso Faisán se está llegando a las entrañas de una vergonzosa y vergonzante negociación donde el Estado democrático y sus instituciones fueron sistemáticamente pisoteados. Lo que sospechábamos queda negro sobre blanco con toda su iniquidad al aire. Que a los extorsionadores etarras se les avisó primero para que no fueran detenidos, que cuando esto se produjo es "porque no se pudo parar", calificado el asunto como "un accidente grave, que viene del juez, cuando lo escuché me irrité y entiendo que vosotros lo estéis", que el Gobierno era consciente de que seguía la extorsión a los empresarios pero que se decía a la opinión pública, aún teniendo las cartas en su poder, que se había detenido y, como meollo del asunto y de una gravedad inaudita que se "ha hecho lo imposible en el campo de la judicatura", que se "cambió al fiscal jefe del Audiencia" y que "Rubalcaba se incorporó a interior para continuar con una vía que conocía desde su cargo en el Congreso".
   El lamento gubernamental en esa connivencia con los interlocutores de ETA atenta de manera impresionante contra el poder judicial, contra las propias leyes, contra la base misma del Estado. A las víctimas y a la judicatura, que estorban, se les califica de "agarradero" del PP. A la traición se añade el insulto.
  El documento resulta estremecedor y en su procaz claridad deja al descubierto la putrefacción de todo aquello que intentó ocultarse, una negociación donde se atravesaron todas las líneas rojas que nunca debieron traspasarse y que hoy queda explícito que se traspasaron. Queda al descubierto la vergüenza... y la desvergüenza. Saberlo quizás no tenga mayores consecuencias, que debía tenerlas de inmediato, ante la justicia y ante la sociedad. Pero, más allá de ellas, lo que nos envuelve es de preocupación en la actual situación, con ETA de nuevo en el juego de pretender al mismo tiempo hacerse con la "papeleta" electoral sin abandonar la pistola. Un juego en el que algunos dirigentes socialistas, Eguiguren y Elorza, participan entusiasmados y otros aparentan reservas y enfatizan oposiciones.
   Pero resulta que son los mismos que nos engañaban, que mintieron a todo un pueblo sabedores de que repudiaría su tenebrosa deriva que hoy resultan cada vez más sospechosos con tales antecedentes de seguir haciéndolo. La prueba del nueve está cada vez más cercana. Si ETA, con el disfraz que sea, lograr estar en los ayuntamientos vascos el 22 de mayo será la prueba absoluta de que nos continúan engañando y jugando ese sucio juego.