Invertir en la infancia

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
CLEMENTE FERRER Madrid
Las naciones con mayor renta deben invertir más en la niñez. Lo explica la diferencia entre los 16.500 euros que invierte México y los 143.000 euros de Noruega, último y primero según el estudio de la OCDE.

Existen diferencias en la edad infantil: Suiza y Corea destinan poco a la infancia temprana, todo lo contrario que Hungría, Finlandia o Eslovaquia. Francia, Bélgica e Irlanda que prefieren el tramo de la infancia tardía.

La calidad de vida colegial se pondera a partir de dos elencos: el proporción de acoso estudiantil y la respuesta de los estudiantes a la interpelación de si les convence la escuela: tan sólo un 27% aseveran estar jubilosos en el instituto, según la indagación.

Por otra parte, los críos menos deportistas son los irlandeses, eslovacos y norteamericanos. Los fumadores tempranos atañen a Austria, Chequia, Finlandia y Hungría; en cambio, los jóvenes de Canadá, Suecia y EE.UU. humean menos. Por otro lado, uno de cada tres adolescentes de 15 abriles asevera haberse embriagado mas de dos veces; Dinamarca, Finlandia y Reino Unido exhiben los índices más alzados de embriaguez.

Asimismo, Nueva Zelanda y Finlandia lideran la cifra de suicidios entre adolescentes, un suceso más propagado en chiquillos que entre crías.

La tasa de embarazos y natalicios entre las jovencitas es alta en México, Turquía y EE.UU. Subsiste una menor incidencia de “comportamientos de riesgo” entre los jóvenes de Japón, Corea, Noruega y Suecia por la práctica del aborto ante los embarazos no deseados.

Vivir sólo con el padre o con la madre lleva consigo peores resultados en las conductas de riesgo. En EE UU sólo un 57% de los niños vive con sus dos padres, un promedio que sube hasta el 85% en los países del sur de Europa.

El informe concluye con algunas sugerencias: concentrar la inversión en la infancia temprana. Invertir más en los niños que presentan alto riesgo de pobreza infantil. Seleccionar los profesores para los alumnos de mayor riesgo, dilatar la jornada escolar y aumentar el acceso a la educación extraescolar.

Afirma Galiani: “El niño recibe casi toda su educación en los dos primeros años de vida; no nos apercibimos de ello porque él no sabe hablar”.