Investiduras tranquilas y con cambios
14/06/2015 - 23:00
Ell sábado fue un día intenso y emocionante en los ayuntamientos de toda España y en nuestra provincia discurrió tranquilo. Apenas unas decenas de personas en solidaridad con los bomberos estuvieron protestando en las puertas del Ayuntamiento de Guadalajara y en algunos lugares se escucharon silbidos al hablar portavoces municipales. No hubo grandes sorpresas pues casi todo estaba ya acordado con anterioridad, aunque algunos de los pactos se conocieron el mismo viernes, como el de la propia capital, y hubo alcaldías que se decidieron el propio sábado como ocurrió en Molina de Aragón donde las fuerzas de izquierdas no llegaron a converger y en minoría, de nuevo, se mantendrá el alcalde del Partido Popular. La consecución de la alcaldía de Galápagos por Ciudadanos, por cierto único pueblo de la provincia que gobierna, fue otra de las interrogantes hasta el último momento. Lo más significativo de estas elecciones han sido los cambios de bastón de mando en feudos históricos como Torrejón del Rey y en pueblos del corredor tan señalados como Villanueva de la Torre o Cabanillas. Alovera, El Casar y Valdeaveruelo mantuvieron finalmente a sus alcaldes y Brihuega, después de veinte años, pasó a manos socialistas. Cogolludo, Almonacid de Zorita, Fontanar, Chiloeches, Quer o Pioz son otras localidades que ya tienen alcalde de diferente signo. El común denominador en la provincia, que en la zona de la Sierra Norte y Molina queda ampliamente dominada por el Partido Popular y en el Corredor del Henares por el Partido Socialista, han sido los pactos entre socialistas y Ahora en los lugares donde los populares no tenían mayoría absoluta. En algunos pueblos han llegado a juntarse incluso con alguna formación más de izquierdas. Constituidos por fin los ayuntamientos llega el momento del diálogo en la actividad del día a día. Aunque las fuerzas emergentes no han entrado en los gobiernos como coalición si que estarán fiscalizando desde la oposición en un marco político interesante. Unos prefieren gobiernos fuertes y otros que no haya mayorías absolutas para llegar a entendimientos. Cada situación tiene sus ventajas siempre que la responsabilidad impere entre los ediles.