¿Jornada, de qué?

21/05/2011 - 14:40 Victoria Lafora

 
Hoy es jornada de votación y será magnífica si los ciudadanos acuden masivamente a votar participando en la fiesta democrática que son las elecciones. Pero ayer fue una jornada rara. Por primera vez la famosa reflexión se hizo, en muchas ciudades españolas, de forma comunitaria; en enormes asambleas no autorizadas por la Junta Electoral Central. Si los ciudadanos han decidido que reflexionar consigo mismo no les sirve, cámbiese la Ley Electoral. Pero hágase de forma inmediata porque los organismos jurídicos encargados de velar por las normas que regulan los comicios, las Juntas Electorales, han quedado absolutamente deslegitimados. Cuando hace escasas fechas se modificó en el Congreso la Ley Electoral a ninguno de los partidos mayoritarios se le ocurrió, porque no molestaba a sus intereses, plantear la utilidad de seguir manteniendo una "jornada de reflexión" que no existe en muchos países con mayor tradición democrática. Ningún dirigente político se cuestionó porqué se prohíbe difundir encuestas con tanta antelación a la cita en las urnas. Porqué, si los carteles electorales siguen en la calle, se prohíben incluso manifestaciones contra la carestía de la vida. Como es que, si los periódicos del día hacen un relato de las declaraciones de los líderes, se les prohíbe a estos, o a cualquiera, hablar de intención de voto. Es cierto, como dicen todos los expertos, que ordenar el desalojo de todas las plazas donde "los indignados" se han concentrado y dormido, hubiera provocado un tremendo conflicto social, con el riesgo gravísimo de provocar heridos, avalanchas y severas perturbaciones del orden público. En la Puerta del Sol de Madrid había gente mayor, familias enteras con bebés incluidos. La aglomeración humana era de tal calibre que colapsó las calles adyacentes, por lo que una carga policial hubiera dejado a los concentrados en una enorme trampa sin escapatoria. Pero, que la policía comunique a los reunidos (por cierto ¿a quien?) que están cometiendo una ilegalidad y se quede a vigilar, suena a chufla. Más aún cuando que el Tribunal Supremo había rechazado el oportunista recurso presentado por Izquierda Unida, al considerar que no representaba a los acampados. Si es verdad, como dijo Zapatero en su último mitin, que se va a escuchar a los ciudadanos que no se sienten representados por las formaciones políticas mayoritarias, deberá hacerlo teniendo en cuenta que lo primero que reclaman es un cambio de la Ley Electoral. Esa es la única solución para evitar futuros problemas como el que hemos vivido. Porque el Estado de derecho consiste en acatar las leyes aprobadas por la representación de la soberanía popular en el Parlamento. Y hay que acatarlas todas.