Juan Solo

09/04/2021 - 15:08 Jesús de Andrés

La obra de Juan Solo recuerda y enlaza con otros muchos proyectos desarrollados en nuestra tierra por artistas que se salen de la ortodoxia artística.

En los años cuarenta, Picasso encontró un manillar y un sillín de bicicleta y con ellos compuso la cabeza de un toro, creando así una nueva manera de hacer esculturas: dando a los objetos una vida distinta de aquella para la que fueron creados, elaborando un poema visual a través de la mirada. Unos años antes, Dalí había participado en exposiciones dedicadas al objeto y creado un apartamento surrealista que representaba el retrato de la actriz Mae West en el que un sofá eran sus labios, una chimenea su nariz y dos cuadros de París sus ojos. Ambos artistas pusieron las bases de todo lo que vendría después, desde las instalaciones hasta el arte pop.

Enlazando con ellos a través del hilo conductor que han mantenido vivo otros muchos artistas, sobre todo del mundo de la fotografía, como Chema Madoz y sus epígonos (Jordi Larroch, Carles Canals…), pero también de la escultura como Joan Brossa o Ángel Ferrant y, sobre todo, del objeto encontrado -con Antonio Pérez al frente-, nuestro paisano Juan Solo expone (hasta el 30 de abril, en el Centro San José) su particular mirada sobre las cosas, su manera de entender el arte y de descubrir la belleza allí donde nadie sospecharía que puede encontrarse, desde unas latas de aceite para motor a unos escombros. Juan Solo, conocido por todos por su profesión radiofónica, vuelve a sorprendernos, tras sus proyectos “Naturaleza obstinada” y “Besos en Guada”, con esta exposición en la que da un nuevo giro a su vocación artística, en la que sus hallazgos conforman greguerías en forma de objeto, uniendo su fino humor a su mirada.

La obra de Juan Solo recuerda y enlaza también con otros muchos proyectos desarrollados en nuestra tierra por artistas que se salen de la ortodoxia artística: desde el Museo de las Perdices o el Museo de Máximo Rojo, ambos en Alcolea del Pinar, a la red de cuevas y galerías de Cívica (Brihuega), pasando por el Museo de Arte Escultórico con Materiales Reciclados, en Valdesaz, la Ruta de las Estatuas, en Condemios de Arriba, o la desaparecida taberna de Martín, en Valdenoches, entre otras muchas manifestaciones de arte espontáneo provincial. Pero también a proyectos como los Hitos del Rodenal en Villarejo de Medina, Ablanque y Luzón, desarrollados por la Fundación Concha Márquez, o a la obra de Pedro José Pradillo. Juan Solo tiene el honor de poder presumir de ser profeta en su tierra, no hay más que recordar la movilización ciudadana en su apoyo de hace unos años o su merecido papel de pregonero en 2015. Su bonhomía, añadida a su labor activista cultural, le hacen tan querido como admirado. Visiten su exposición y descubran otra faceta suya. Y pongan a prueba su mirada.