Julián del Olmo

07/12/2013 - 00:00 Pedro Villaverde

 
   
  La Asociación Carravilla, de Atanzón, hizo entrega el pasado sábado de su XII Premio Trigo y Miel. Un ilustre alcarreño o un prestigioso colectivo reciben cada año este galardón en bronce del rollo de la localidad, tras decidir un jurado entre varias candidaturas al mismo. En esta ocasión el premiado ha sido el sacerdote y periodista Julián del Olmo García, nacido en la pedanía briocense de Yela y personaje con un gran bagaje humano y profesional. El acto resultó entrañable y familiar. El homenajeado habló con todos y cada uno del más del medio centenar de asistentes, fiel a su proceder cercano, el de un hombre que ha recorrido prácticamente todo el mundo y ha conocido de cerca la miseria y la pobreza, luchando, en la medida de sus posibilidades, contra ella. A los pueblos del Alto Rey les ayudó a llevar la luz eléctrica o la carretera allá por finales de los años setenta, pero antes ya en los barrios más desfavorecidos de Madrid había creado cooperativas para viviendas sociales y asociaciones para la lucha contra la droga y para enseñar a leer. Quiso ser misionero y lo fue, pero en el primer mundo, siendo testigo y denunciante con las cámaras de TVE y diversas publicaciones, entre las que nos honramos, de las injusticias sociales y económicas con las que conviven millones de personas. El poco sueldo que ganaba lo gastaba en cubrir las necesidades de los más cercanos o en los viajes que realizaba, sin quedarse ni para una camisa, que se la regalarían los amigos. Solidaridad y ayuda al prójimo han sido las banderas de su proceder y continúa, recién llegado al club de los septuagenarios, trabajando en la cadena pública, colaborando en medios de comunicación, propagando la palabra del Dios misericordioso y bondadoso que quiere dignidad, justicia y paz para el mundo. Es un enamorado de su pueblo donde impulsó la romería de la Virgen de los Llanos, cuya imagen recuperó, y celebra cada año la Fiesta del Huerto que reúne a centenares de amigos. Presume de ser hijo del herrero del pueblo por lo que la forja es la tercera de sus vocaciones y recuerda con igual admiración la figura de su madre. Es poeta, escritor, pregonero y el espacio se nos acaba y apenas hemos dado cuatro pinceladas. Gracias por tu amistad y por cuanto has hecho y haces. .