Justicia para Alba

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Las severas condenas impuestas por la Audiencia de Barcelona a la madre de la niña Alba y su compañero sentimental no devolverán a la víctima la autonomía personal perdida como consecuencia de las brutales palizas a las que fue sometida.
Sin embargo, el fallo y el propio contenido de la sentencia, que refleja un durísimo reproche a los dos adultos por hechos que son calificados como extremadamente graves, no sólo reconocen y tratan de paliar a través de la acción de la Justicia el sufrimiento extremo que tuvo que soportar una criatura tan desvalida, castigada cruelmente por quienes tenían la obligación prioritaria de protegerla. También deberían actuar como precedente disuasorio frente a quienes estiman que el maltrato físico forma parte del derecho de los padres sobre sus hijos o lo contemplan con condescendencia con la dudosa pretensión de reforzar la disciplina educativa. El maltrato infantil aun en sus niveles más livianos –no digamos las torturas sufridas por Alba- conlleva un daño moral, físico y educativo sumamente perjudicial para el niño y tanto la asistencia social como el poder judicial deben extremar la vigilancia y el rigor para combatir un delito que a veces se encubre y silencia tras las paredes del hogar o los muros de las escuelas.