La agenda secreta de Rajoy

03/11/2010 - 00:00 Rafael Torres

Ya sería sorprendente que un ciudadano tan gris como Mariano Rajoy poseyera algo tan literario y apasionante como una Agenda Secreta. Lamentablemente, no la tiene. Ni el Partido Popular, la empresa que dirige, tampoco. Los secretos de ambos, que un Pepe Blanco arrebatado se obstina en revelar, son secretos a voces. En realidad, ningún partido tiene lo que se dice una Agenda Secreta, esto es, propósitos ocultos, no comunicados a la ciudadanía en periodo electoral por altamente lesivos a sus intereses y a su bienestar. Los partidos quieren, única y exclusivamente, ganar las elecciones, y ese objetivo, en una sociedad tan acrítica como la nuestra, sólo tiene un camino: decirle a la gente lo que quiere oír, y prometerle lo que desea. Así, Mariano Rajoy le dice, exonerándola y exonerándose de toda responsabilidad, que sus males derivan del espantoso gobierno que padecen, y le promete, claro, todo el contenido del Cuerno de la Abundancia. Pero lo otro, lo que no dice ni promete, no es un secreto, sino que está escrito y practicado en la secular política de la derecha, a la que en éstos tiempos se ha adherido también, qué pena, la izquierda posibilista, ocasionalista y pragmática representada en España por el PSOE. A nadie medianamente instruido e informado le puede parecer que la adoración del PP por la "iniciativa privada" y por la "empresa" sea un secreto. Claro que el Partido Popular lo privatizaría todo si ganara, pero ¿queda algo por privatizar? La atención social y la Beneficencia lo fueron con las oenegés; la Defensa, casi, casi, con el modelo de ejército "profesional"; la Educación, con el Valpurgis de los concertados; la Sanidad, que le pregunten a Esperanza Aguirre; la Seguridad, con la proliferación de policías privadas, que hasta los Juzgados se custodian con seguratas; muchos Ayuntamientos, con la corrupción; y así hasta el infinito o, cuando menos, hasta ponerle difíciles las cosas a la vehemencia privatizadora del PP. La Agenda Secreta de Rajoy no es tal, sino una agenda normal y corriente, con los teléfonos de los amigos. . . ..