La crisis de la juventud

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) ha servido “para transmitir esperanza a todos los jóvenes del mundo”, en un “momento en que hace falta que la esperanza renazca en el corazón de la sociedad”, dijo el cardenal Rouco, en la misa de acogida a una representación de los cerca de 30 mil voluntarios que trabajaron a pleno rendimiento para hacer posible este gran encuentro. La actualidad no deja de ponerlo de manifiesto. Desde Chile al Reino Unido, pasando por la Puerta del Sol de Madrid, la crisis económica ha dejado al descubierto otra crisis mucho más profunda, cuyo epicentro son precisamente los jóvenes. Pero habría que preguntarse si toda esa indignación y frustración contra el sistema, a veces violenta, no esconde una profunda desorientación personal, parece que el comportamiento de los jóvenes de la Jornada Mundal de la Juventud nos han demostrado que sí.