La eficacia de la ORA

31/07/2011 - 00:00 Miriam Perez Gordo

Hace más de un año que empezó a trabajar la empresa responsable del servicio de la ORA en la capital y su labor ha superado las expectativas. Después de este tiempo transcurrido se pueden extraer las primeras impresiones: los conductores son más respetuosos y disciplinados y cometen menos infracciones. La ocupación de la zona azul ha crecido y, del mismo modo, la rotación de vehículos, lo que ha convertido a Guadalajara en una ciudad más transitable. Cada plaza es ocupada al día por una media de cinco vehículos, con lo que las oportunidades para encontrar aparcamiento se incrementan en similar porcentaje a la disminución de las sanciones, que han bajado en cerca de 10.000 respecto a 2010. Esto es porque la mayoría de la gente que estaciona se está acostumbrando a sacar el ticket y, por tanto, respetar el tiempo que tiene asignado, de tal forma que se aprovechan mejor los espacios de aparcamiento. Este logro se ha alcanzado gracias a un mejor comportamiento ciudadano que viene derivado, por una parte, de la concienciación progresiva, y, por otra, de la acción  disuasoria de los 14 controladores que ha desplegado la empresa concesionaria. Una tendencia a la baja en las multas que se consolida año tras año gracias, además, a la contratación por parte del Ayuntamiento de una empresa que se dedica a gestionar las denuncias que se tramitan, algo que conocen los ciudadanos y, por eso, son más respetuosos. Así, mientras que en 2008 las multas por infringir la hora ascendían a 67.000, esta cifra casi descendió a la mitad en 2010. Sin embargo, algo que pone de manifiesto la buena conducta del conductor guadalajareño, el mayor número de multas relacionadas con la ORA proceden de gente que proviene de Madrid. Estos datos demuestran la eficacia y la necesidad de un servicio que se hace imprescindible para la convivencia de los vehículos por las calles de una ciudad y la agilización de su tránsito, ya que con ello se evita que se agolpen varios de ellos en torno a una manzana dando vueltas buscando de forma infructuosa un aparcamiento.