La factura de la crisis
01/04/2011 - 00:00
A La cura va buena, pero el ojo se pierde. Sube la luz, sube el gas, sube la gasolina y, por desgracia, también sube el paro. Aquí estamos en el 20,5 por ciento, mientras en la Unión Europea la media es del 9,9. Son datos, no son opiniones. Por eso, cada día que pasa resulta más patético el discurso optimista del presidente del Gobierno. El pasado miércoles, en el Congreso, volvió a anunciar una fecha para la salida de la crisis: será -dijo- el próximo semestre. Es la enésima vez que se atreve con un anuncio que la realidad transforma en profecía fallida. Vive en una burbuja, desconectado de los problemas de la gente corriente; una burbuja en la que orbitan sus nuevas amistades: algunos de los grandes empresarios de la construcción y de la banca, las gentes más frívolas del mundo de la televisión.
A ellos, las cosas no les van mal. Han seguido ganando dinero a pesar de la tormenta. Y eso, se refleja, en su percepción de la realidad. Son los que dan consejos tales como que si queremos salir de la crisis hay que ajustar (congelar o bajar) los salarios. Naturalmente, no se refieren a los suyos. Zapatero, ya digo, vive en una burbuja de la que le sacan de vez en cuando las encuestas que le trae Pepe Blanco. Encuestas que desazonan a los barones territoriales porque ven que se aproxima el 22 de mayo y las subidas de la luz, el gas, la gasolina y las hipotecas repercuten sobre la maltratada economía de los más desfavorecidos. Desfavorecidos pero con derecho a voto. Temen que los votantes les pasen la factura de la crisis. De eso hablarán en el Comité Federal del que también hay quien espera novedades acerca de los planes de retirada del propio Zapatero.