La fortuna del PSOE
01/10/2010 - 09:45
Por:
El comentario
Antonio Pérez Henares / Periodista
La fortuna de Zapatero y la del PSOE ya no corren juntas sino cada vez más divergentes y encontradas. El esfuerzo agónico por sobrevivir del uno amenaza letalmente al otro. Las necesidades parlamentarias de ZP chocan frontalmente con los intereses de su propio partido. Los ejemplos catalán y vasco y el sainete madrileño son la inmejorable prueba de cómo un líder que apareció como redentor providencial en un momento puede ahora y tan sólo en unos años sumido en la miseria al conjunto de su organización.
La empecinada apuesta por seguir chapoteando en el cenagal en que el mismo se metió, y donde ha metido a España, se culmina con su palmoteo a ese tonto útil del nacionalismo catalán llamado Montilla y su seguidismo en hacerle el juego a las proclamas nacionalistas contra las instituciones del Estado que más que nadie debería el defender. De nada les vale, encima, ni al uno ni al otro. Usado y exprimido, Montilla en Cataluña ya es un trasto viejo y con fecha de tirar y la misma suerte puede correr, esta corriendo ya, ZP en Madrid. En el País Vasco, donde se ha hecho lo mejor en cuanto a política de Estado se refiere con ese pacto PSOE-PP y ese saber hacer de López y Basagoiti, la necesidad imperiosa del puñado de votos del PNV para salvar los presupuestos amenazan con hacer añicos lo que tanto costo levantar, claudicar políticamente ante el nacionalismo y dejar a su propio partido a los pies de los caballos en aquel especialísimo territorio. El sainete de Madrid no es más que la guinda de un disparate, la pifia final de pretensión omnipotente. La ocurrencia de imponer, a golpe de soberbia de poder y encuesta hecha de encargo, a Trinidad Jiménez ha logrado la paradoja de que un hombre como Gómez, desconocido y de bajo perfil, se aúpe como paladín por el simple, pero no pequeño ni falto de valor, gesto de plantarle cara. Y hoy, digan lo que digan los demoscópicos de pago y cabecera, resulta que la candidata preferida del PP es la Trini, pues viene con todas las tachas del dedazo y la imposición de un ZP desacreditado y aún más en Madrid. Tomás Gómez con su vitola de rebelde aun puede darle alguna guerra a Esperanza Aguirre. Y ya estamos, lo que resulta bueno para el PSOE ahora resulta que le sabe a rejalgar a ZP. Y viceversa claro.
Zapatero es ahora, ¿quién lo iba a decir?, y aunque hagan esfuerzos por disimularlo, el peor padrino que un dirigente autonómico quisiera tener en sus bodas electorales. Porque todos saben en que situación se encuentran y que lo mejor que les puede pasar es que se queden como están. El PSOE es un partido a la defensiva. No cuenta por donde puede avanzar sino por donde puede retroceder. No hay comunidad ni ayuntamiento que vea posible conquistar y si muchos que ve factible perder. Tanto que puede llegar una verdadera hecatombe, una caída de proporciones similares a aquella del 95 que arrumbó el que se suponía sólida hegemonía municipal de la izquierda y que abrió las puertas de Moncloa a José María Aznar. Ese es el precipicio al que el PSOE no quiere ni mirar pero al que algunos de los pocos con capacidad critica señalan como verdadero peligro al que se están asomando. Y se preguntan ¿y entonces que pasará con el PSOE?. Zapatero seguirá en Moncloa, sí. Pero por donde habrán de ir ellos. ¿Qué PSOE les puede dejar Zapatero y en manos de quien?. Porque en estos años ZP y su pequeña troupe de fieles ha hecho y deshecho sin ningún contrapoder sin ningún otro referente. Que Pepe Blanco se pueda imaginar como esperanza es quizás la mejor prueba de hasta donde puede caer la autoestima de un partido. Pero bueno tampoco hay que rasgarse vestidura alguna si quien presuntamente dirige la organización es Leire Pajín.
Zapatero es ahora, ¿quién lo iba a decir?, y aunque hagan esfuerzos por disimularlo, el peor padrino que un dirigente autonómico quisiera tener en sus bodas electorales. Porque todos saben en que situación se encuentran y que lo mejor que les puede pasar es que se queden como están. El PSOE es un partido a la defensiva. No cuenta por donde puede avanzar sino por donde puede retroceder. No hay comunidad ni ayuntamiento que vea posible conquistar y si muchos que ve factible perder. Tanto que puede llegar una verdadera hecatombe, una caída de proporciones similares a aquella del 95 que arrumbó el que se suponía sólida hegemonía municipal de la izquierda y que abrió las puertas de Moncloa a José María Aznar. Ese es el precipicio al que el PSOE no quiere ni mirar pero al que algunos de los pocos con capacidad critica señalan como verdadero peligro al que se están asomando. Y se preguntan ¿y entonces que pasará con el PSOE?. Zapatero seguirá en Moncloa, sí. Pero por donde habrán de ir ellos. ¿Qué PSOE les puede dejar Zapatero y en manos de quien?. Porque en estos años ZP y su pequeña troupe de fieles ha hecho y deshecho sin ningún contrapoder sin ningún otro referente. Que Pepe Blanco se pueda imaginar como esperanza es quizás la mejor prueba de hasta donde puede caer la autoestima de un partido. Pero bueno tampoco hay que rasgarse vestidura alguna si quien presuntamente dirige la organización es Leire Pajín.