La foto de la burla

11/05/2011 - 00:00 Esther Esteban

 
Si es verdad eso de que una imagen vale más que mil palabras y también que miles de argumentos y controversias, la imagen del etarra Andrés Errandonea saliendo de la cárcel de Herrera de la Mancha -donde ha estado los últimos 25 años por cometer terribles delitos- con una pancarta, donde pide el voto para BILDU y donde se lee la palabra ETA, vale más que muchas de las cosas que hemos oído estos días. Después de la sentencia del Tribunal Constitucional, que ha doblado el pulso al Tribunal Supremo, al Fiscal General del Estado, al abogado del Estado y ha echado por tierra las pruebas presentadas por la Policía y la Guardia Civil, vienen los malos a recordarnos en una foto de la indignidad que Bildu es lo que es: un proyecto de ETA para estar en las instituciones. Conociendo, como conocemos, a esta gente, pensar que el cartel en cuestión es una simple improvisación es pensar lo impensable.
   ETA quiere dejar claro que quien manda es ella y que ha conseguido lo que quería: estar en las elecciones y poner el cazo para cobrar de las instituciones. Muchos se plantean qué hubiera ocurrido si el etarra hubiera hecho esa exhibición de poder antes de la sentencia del Constitucional y si eso hubiera llevado a un cambio de criterio en los magistrados, pero imaginar lo que ya no puede ser nos lleva a la melancolía por lo que es mejor no entretenernos en eso.
  Lo cierto y verdad es, para lamento de las victimas y de muchísimos demócratas, un tribunal político y politizado en extremo -que sirve de correa de transmisión a los partidos- es quien se ha llevado el gato al agua y no hay nada que hacer salvo seguir aplicando la ley y estar vigilantes ante cualquier movimiento de esta gente. Resulta casi sonrojante oír a Pascual Sala decir que se le pone la piel de gallina cuando se cuestiona la sagrada independencia del Tribunal Constitucional, cuando es a los ciudadanos a quienes se nos ponen los pelos de punta al ver como los magistrados se alinean milimétricamente con los partidos políticos que los han designado. La independencia no es sólo una palabra bonita sino una acción que se demuestra con hechos y en ese tribunal hemos visto imágenes bochornosas, como aquella bronca que la vicepresidenta del Gobierno le echo a la anterior presidenta del TC en público para que no quedara la más mínima duda de quién manda aquí.
  El pueblo llano y soberano puede que no entienda de leyes, ni esté a la altura de tanto vericueto jurídico, pero entiende muy bien de hechos y los hechos, señor Sala, son inapelables en todas las sentencias de ese alto Tribunal. Si de muestra vale un botón, que uno solo de los ponentes se salte la disciplina del partido que le nombró es noticia de portada de todos los periódicos y eso se llama perversión del sistema ni más ni menos. Desgraciadamente lo de Bildu ya no tiene marcha atrás, pero tal vez sea el momento de preguntarse si no seria conveniente cambiar el modo de elección de ese tribunal, cuyas sentencias acatamos aunque nos abochornen.
  Cuando los seis magistrados del TC que le dieron un corte de mangas al Supremo hayan visto la foto con el lema "Independentzia ETA Sozialismoa" tal vez hayan pensado que es una simple sospecha, o una simple ambigüedad lingüística ya que ETA significa "y" en euskera, pero el común de los mortales pensamos lo mismo que Patxi López: que es una foto repugnante y una nueva burla de los terroristas, una pedorreta en la cara de nuestra democracia.