La hora de votar

08/11/2019 - 17:41 Pedro Villaverde Embid

 El  domingo estamos convocados a las urnas y debemos acudir, votar por ideología o de manera práctica respondiendo a esa apelación al voto útil.

Debates, entrevistas, mítines, visitas de cargos relevantes de los distintos partidos, repetición de consignas hasta la saciedad...  casi todo muy previsible. Entre los votantes hay poca ilusión, salvo los ‘hooligans’ de cada partido,  mucho hastío, pero todavía el suficiente grado de responsabilidad, esperamos, como para ser conscientes de la importancia que tiene la conformación de un Gobierno que afronte todo lo que tenemos encima. 

Las encuestas marcan tendencias, con subidas de unos y bajadas de otros, las posibilidades son pocas, pero solamente cabe una solución, y se antoja compleja, investir a un presidente en el menor tiempo posible que sea capaz de tomar decisiones. No vale repetir elecciones hasta que den los números, prorrogar una y otra vez las cuentas públicas, que por cierto tienen fecha de caducidad, no son admisibles las justificaciones de nadie para no  pactar o no abstenerse. El  domingo estamos convocados a las urnas y debemos acudir, votar por ideología o de manera práctica respondiendo a esa apelación al voto útil. Cada uno, libremente, debe hacer lo que considere mejor con la cabeza o con el corazón, y si puede ser con ambos mejor. La decisión corresponde a cada votante y ninguno se equivoca cuando ejercita su derecho, si lo hace, por legítimo que sea, cuando se abstiene, porque la democracia es participación. 

  En estos días en Nueva Alcarria hemos entrevistado a los candidatos de los cinco partidos principales, conociéndoles un poco más, escuchándoles, viéndoles debatir, y cada uno tiene su punto de razón hasta el extremo de que todos parecen en algún momento convencernos con sus planteamientos, reflexiones o afirmaciones, unos más que otros, por supuesto, pero esa es la esencia de nuestro sistema. Ley de la oferta y de la demanda. Ellos venden y nosotros elegimos que comprar sabiendo que en ninguno está la verdad total, aunque unos se ajusten más a lo que vamos buscando. Gracias a todos por su cercanía, por atendernos, por venir a la redacción, por su amabilidad. A todos les vemos convencidos de lo que dicen, honestos en sus ideas y les deseamos en lo personal la mejor de las suertes y en lo político que sepan aceptar el lugar donde el ciudadano con su voto les ponga.