La iglesia del siglo XV que aloja reliquias de San Blas y sigue en pie en el Corredor del Henares de Guadalajara
Un nutrido grupo de alrededor de medio centenar de personas participaron este sábado 23 de noviembre en una visita guiada a la Iglesia de San Pedro y San Pablo; una actividad propuesta desde la Asociación de Mujeres “La Campiña”, y que fue conducida por el historiador y cronista oficial de la localidad, Ángel Mejía Asensio, gran estudioso y conocedor de la historia de este edificio, un templo del que se tiene constancia de su edificación desde finales del siglo XV, y cuya primera gran reforma tuvo lugar a finales del siglo XVI, con sucesivas mejoras y remodelaciones entre los siglos XVII y XX.
La presidenta de la asociación La Campiña, Julia Moratilla, fue la encargada de dar la bienvenida a las personas participantes y de presentar a Mejía, quien hizo un exhaustivo recorrido por la historia del templo, deteniéndose en multitud de curiosidades y detalles ornamentales. En representación del Ayuntamiento participaron de la actividad los dos concejales del área de Cultura del consistorio, Luis Blanco y Rosa María García.
Ángel Mejía habló de muchísimas cuestiones con gran conocimiento de la historia de esta Iglesia. Abordó las características constructivas principales este edificio de cruz latina, comentó cuáles fueron sus fases constructivas, cómo se levantaron y remodelaron sus torres, habló de la importancia de sus capillas, y se detuvo también en multitud de detalles para explicar, desde el origen de su magnífico retablo dedicado a Nuestra Señora del Rosario, a la importancia de las sepulturas de personas notables que hay en su interior, pasando por la historia de su orfebrería, o por curiosidades sobre las reliquias de San Blas que se guardan en su interior. También analizó cuáles son las tallas principales del templo.
Así mismo, intervinieron en las explicaciones otros dos vecinos cabanilleros, Antonio Riofrío y José Hernández, muy implicados en labores realizadas en la Iglesia en el siglo pasado. Así, Riofrío comentó cómo partició siendo muy joven en varios trabajos que cantería para el templo, arreglando el zócalo de toda la iglesia, de la capilla bautismal o en la pintura de la cúpula. Por su parte, Hernández explicó la historia de las actuales vidrieras, de mediados del siglo XX.
La visita se extendió por espacio de una hora y media de duración, y el grupo de asistentes quedó muy satisfecho de lo aprendido.
Cabe reseñar además que la presidenta de la asociación organizadora anunció una nueva visita en un futuro breve, cuando se ejecuten unas obras de acondicionamiento de la subida al campanario, que permitan hacer visitable al público la torre de la Iglesia, y que va a costear el Ayuntamiento de Cabanillas.