La lengua española

03/06/2018 - 10:55 Ciriaco Morón

La lengua española es la de Santa Teresa, Cervantes, Unamuno, Ortega y Gasset y García Lorca, y la de los catalanes Eugenio D’Ors, Ana María Matute, Juan Marsé y Eduardo Mendoza.

Durante varios meses las noticias nos han abrumado con chismes: los falsos títulos universitarios, las fugas de los y las separatistas “en noche oscura” y ahora el chalé de los podemitas, convertidos en seres normales por la experiencia de la paternidad. Ya temo que emplear tanto tiempo en escuchar las anécdotas es perderlo en palabras ociosas de las cuales se me va a pedir cuenta el día del juicio, como dice el Evangelio (Mateo, 12,36) y le recuerda Sancho a don Quijote en las bodas de Camacho (II, c. 20). Pero es que en España están pasando cosas tan absurdas que bordean lo inverosímil, y aquí aprovecho la ocasión para pasar del chisme a una reflexión educativa, o sea, pasar de la anécdota a la categoría, como dijo Eugenio D’Ors. Una de esas cosas absurdas que hielan el corazón es el intento de arrinconar el español en Cataluña y ahora en las Baleares, donde niegan el derecho a practicar la medicina a doctores que no hablen catalán. Los separatistas se empeñan en afirmar su identidad oponiendo su lengua regional al español; es el discurso de Pompeu Gener y Prat de la Riva, es decir, discurso racista de 1890-1900 (Ver El alma de España, cien años de inseguridad, cap. 4). Pero en 2018 solo podemos decirles que en el pecado llevan la penitencia. Aparte de la situación legal del español en la Constitución (el castellano se dice en ese texto) ¿A quién se le ocurre luchar desde lenguas locales con la que hablan 500 millones en el mundo? De hecho, los grandes escritores e intelectuales catalanes, con algunas honrosas excepciones, escriben en español. Yo fui amigo en Filadelfia de José Ferrater Mora (1912-1991), el autor del prodigioso Diccionario de filosofía y otras obras, y siempre escribió en español. Nadie se extrañe de que yo utilice al término “español” y no castellano. Hace bastantes años leí un chiste de Mingote (e.p.d.) que decía, poco más o menos, esto: “Los españoles hablamos catalán, vascuence, gallego y castellano; español lo hablan los ingleses, los alemanes, los pakistaníes…”. Efectivamente, la gente en el mundo estudia “Spanish”, la lengua de todos los “hispanohablantes” cada vez más difundida en otras culturas.
    La lengua española es la de Santa Teresa, Cervantes, Unamuno, Ortega y Gasset y García Lorca, y la de los catalanes Eugenio D’Ors, Ana María Matute, Juan Marsé y Eduardo Mendoza. Otro admirado amigo mío en Estados Unidos fue el profesor Manuel Durán (Yale University), catalán, brillante poeta e hispanista, estudioso de Cervantes y otros autores españoles clásicos y modernos. Por supuesto, que yo sepa, Juan Goytisolo (1930-2016), catalán, cuya madre cayó muerta en el bombardeo de Barcelona por la aviación franquista el 30 de enero de 1938, escribió toda su obra en español y, por su calidad y volumen ganó el Premio Cervantes en 2014. A principios del siglo XX les decía Unamuno a sus paisanos vascos: “El vascuence se muere”. Un empeño loable lo salvó, como ahora es de alabar el esfuerzo de los catalanes honrados en cultivar y fomentar su lengua. Pero ese paladeo de la lengua materna, tesoro cultural en cuyo fomento estamos interesados todos los españoles, no tiene sentido si se hace contra la lengua española universal, que es también la lengua de los catalanes. Dicen los especialistas en teoría del conocimiento que el bilingüismo capacita la inteligencia para aprender con mayor facilidad otras lenguas y en general para todo tipo de estudio. Los políticos separatistas, y por desgracia los profesores obcecados que violan el derecho de los catalanes a estudiar y expresarse en español, merecen el rechazo de sus votantes y alumnos, y el desprecio de quienes consideramos el bilingüismo como un privilegio.