La ley "que colma el vaso"

18/02/2011 - 00:00 Redacción

Meses de polémica la sucedieron y ahora, cuando se cumple mes y medio de su entrada en vigor, las versiones encontradas sobre su aplicación se mantienen. Se trata de la reforma de la ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo, conocida popularmente como la Ley Antitabaco. Después de las múltiples dudas de los primeros días sobre todo referentes a dónde se puede y a dónde ya no se puede fumar, la normalidad es la tónica general. Sin embargo los grandes perjudicados de esta ley son los hosteleros. Los usuarios ya se han convencido de que no se puede encender el cigarro en los bares pero esa práctica, antes casi cotidiana, se ha convertido en la espada de Damocles de muchos negocios. En las primeras semanas de aplicación han registrado, de media, una reducción en su facturación de entre el 15 y el 20 por ciento. Pero esa merma se añade a la propiciada por los malos tiempos y la reducción del consumo. Además, la alternativa de poner terrazas es considerada por algunos como “ilógica” ya que en muchos casos el negocio no da para mantenerlas. De ahí el enfado de los propietarios de bares, restaurantes y otros establecimientos hosteleros que entienden que en una situación como la actual, en la que la supervivencia de los negocios es prácticamente imposible, aplicar la ley significa la gota que colma el vaso. Por eso, a pesar de estar cumpliendo escrupulosamente la ley, el sector no se ha quedado paralizado y ha iniciado una serie de acciones que persiguen hacer rectificar al Gobierno. Entre las medidas emprendidas destaca una recogida de firmas que en Guadalajara están llevando a cabo 200 establecimientos y, ahora plantean un cierre masivo para el próximo 28 de febrero y una concentración a las puertas de la Subdelegación. La iniciativa pretende promover la solidaridad sobre los efectos negativos que está provocando la ley sobre el funcionamiento y el estilo de vida español en relación con la actividad hostelera y, al mismo tiempo, mostrar su firme compromiso en la lucha contra el tabaquismo. Dos aspectos que, aunque parezcan irreconciliables, pueden convivir sin necesidad de leyes catastrofistas y sin apurar la resistencia de unos negocios tocados por la crisis..