La lucha contra los desahucios

01/02/2016 - 23:00 Redacción

Una de las consecuencias más dolorosas de la crisis económica que nuestro país arrastra desde el año 2007 ha sido la incapacidad sobrevenida a numerosas personas para hacer frente al pago de la hipoteca de la vivienda habitual, en su mayoría por perder el empleo y con él su principal fuente de ingresos. Los desahucios han hecho que en estos años miles de familias alcarreñas hayan tenido que irse de la casa en que vivían con la situación de desasosiego y necesidad que ello implica. Más allá de la culpa de las entidades financieras al conceder préstamos sin una correcta valoración de los riesgos y de los propios hipotecados que se endeudaron en exceso sin tener los suficientes avales o respaldos para hacer frente a las posibles adversidades del destino, lo cierto es que el llamado lanzamiento de una persona de su vivienda habitual causa un drama que no puede dejar indiferente o ajeno a nadie en una sociedad europea del siglo XXI a la que se presume una cierta sensibilidad, solidaridad y capacidad de encontrar alternativas a cualquier compleja y dura realidad. Las administraciones, al menos muchas de ellas, han tomado cartas en el asunto para ayudar a las personas que se ven desbordadas por esta deuda con el banco, en especial proporcionando asesoramiento, asistencia legal, intermediación con las entidades financieras y ayudas de tipo económico para poder hacer frente al pago de facturas o a un alquiler. El Ayuntamiento de Azuqueca fue pionero en este sentido y el Gobierno regional actual, en cumplimiento de su programa electoral, ha creado oficinas de intermediación hipotecaria que están logrando paralizar, o al menos retrasar en el tiempo durante varios meses, algunas ejecuciones, como este pasado viernes, la de una mujer con varios hijos a su cargo en Guadalajara. Es necesario encontrar soluciones habitacionales para evitar que nadie pueda quedarse sin un techo, primero intentando que puedan quedarse en la propia casa pagando un alquiler ajustado a las circunstancias de cada caso. Se trata de simple humanidad.