La necesidad de empadronarse

18/11/2019 - 19:48 Redacción

Este llamamiento a la responsabilidad, que tantas veces se ha pedido, lo hacía Rafael Esteban la pasada semana tras lograr después de tiempo demandándolo que el centro de salud La Campiña preste atención médica por las tardes.

Los ciudadanos necesitan servicios y los ayuntamientos, en función de sus recursos, hacen lo que pueden, en su ámbito competencial, para prestarlos, reclamando los demás a las administraciones responsables. En esta tarea muchos se encuentran con la situación de que hay muchos demandantes  pero solo una parte figuran como vecinos de derecho, es decir que no todo el que vive en un lugar está empadronado. Los motivos son variados, de carácter personal,  pero la consecuencia es que causan un perjuicio al resto de personas que residen en la localidad, amén de así mismos, que se ven mermados en el acceso a la sanidad, la educación o la seguridad, por ejemplo, porque el número de profesores, la cantidad de servicios sanitarios, los ratios de agentes o los ingresos que hace el Estado a los ayuntamientos tienen como criterio objetivo el número de empadronados, único dato verificable. Es preciso para mejorar la calidad de vida, el bienestar o simplemente cubrir lo que hace falta que se tome conciencia de la importancia de empadronarse en el sitio de residencia. Este llamamiento a la responsabilidad, que tantas veces se ha pedido, lo hacía Rafael Esteban la pasada semana tras lograr después de tiempo demandándolo que el centro de salud La Campiña preste atención médica por las tardes, compromiso, por otra parte, asumido y cumplido por el Gobierno regional. El Sescam, sin embargo, ha tenido problemas para dotar de plazas, y aun busca complementar las existentes con un pediatra. Para ello hacen falta más tarjetas sanitarias. Es un ejemplo que sirve de muestra a un hecho. Los pueblos tendrán los derechos que les corresponden en función de su población si ésta es constatable de manera oficial. El buen alcalde es el que pide mucho para su localidad, tanto a la Diputación como a la Junta o al Estado y hace seguimiento de esa petición. Tendrá más fuerza y conseguirá más  si le acompañan los números.  En el vértice contrario nos encontramos también en nuestra provincia que en muchas pequeñas localidades están censados hijos del pueblo que tienen allí su casa de verano por motivos sentimentales, de arraigo, de pertenencia.  A estos no les pedimos que  se cambien porque hacen una buena labor contra la despoblación. El problema está en las localidades con muchos residentes de hecho y menos de derecho.