La ofensa del burkini
01/10/2010 - 09:45
Cartas al director
MARÍA FERRAZ Barcelona
Parece que la Alianza de las Civilizaciones se queda en discursos grandilocuentes pero no pasa a mayores.
El burkini, esa prenda de poliéster, sujeta a todas las normas sanitarias y que cubre la totalidad del cuerpo femenino, destinada a las mujeres que siguen la regla islámica de vestir con modestia, suscita, contrariamente, provocación.
El burkini, esa prenda de poliéster, sujeta a todas las normas sanitarias y que cubre la totalidad del cuerpo femenino, destinada a las mujeres que siguen la regla islámica de vestir con modestia, suscita, contrariamente, provocación.
En las piscinas europeas, mujeres de esta guisa han sido conminadas a abandonarlas y las multas no se han hecho esperar, amenazando a las demasiado cubiertas con 500 euros en Varallo Sesia (Piamonte italiano). Me pregunto por qué la modestia debe ser sancionada y el topless, no sólo tolerado, sino fomentado por unas autoridades impasibles ante el descaro de la semidesnudez en las playas de los 5 continentes.
Desde que el mundo es mundo, la mujer ha sido valorada por su capacidad de entregarse al matrimonio, por alguna razón, supeditada a su forma de vestir.
Las ligeras de ropa y de cascos suelen coincidir, si bien las que saben apreciarse a sí mismas intentan pasar por la vida sin que su imagen exalte las pasiones ajenas.
Pero ya se sabe, en tiempos de lujuria generalizada, lo provocativo es taparse.
Desde que el mundo es mundo, la mujer ha sido valorada por su capacidad de entregarse al matrimonio, por alguna razón, supeditada a su forma de vestir.
Las ligeras de ropa y de cascos suelen coincidir, si bien las que saben apreciarse a sí mismas intentan pasar por la vida sin que su imagen exalte las pasiones ajenas.
Pero ya se sabe, en tiempos de lujuria generalizada, lo provocativo es taparse.