La oportunidad de Entrepeñas
01/10/2010 - 09:45
El comentario
C. Sanz Establés, Periodista
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, ha reconocido finalmente que el Congreso de los Diputados no dará luz verde a sus pretensiones de reformar el Estatuto de Autonomía fijando fecha de caducidad, en el 2015, para el trasvase Tajo-Segura. Ni con consenso con De Cospedal, ni sin consenso, simplemente no había antes, ni hay ahora, posibilidad alguna de que esto fuera a ocurrir y su gran apuesta se ha convertido ya en un sonoro fracaso que se puede dulcificar con algunos avances en materia de agua beneficiosos para la región, que hagan más llevadero el fiasco que ha supuesto toda esta historia. En realidad, no ha sido ninguna sorpresa que las Cortes del Reino hayan dicho, bien dicho por cierto, que esa cuestión corresponde decidirla al Estado y no a una Comunidad Autónoma.
Para Guadalajara hasta puede ser beneficioso este traspiés político de Barreda si, como se ha adelantado a anunciar, se puede compensar con un aumento del caudal permanente en los embalses y con una reserva estratégica que garantice cubrir las necesidades de la región. Por primera vez, el presidente regional se acuerda de los pantanos públicamente y admite que sería posible llegar a un acuerdo bueno para Entrepeñas y Buendía en las negociaciones del futuro Plan de Cuenca del Tajo, con un aumento de sus niveles mínimos. Es precisamente lo que llevan reclamando, con muy poco éxito por cierto, los pueblos ribereños que quieren una lámina estable en el cuarenta por ciento para garantizarse no sólo el agua para beber, es decir, esa reserva estratégica de la que habla el presidente, sino una explotación turística de este recurso.
Está bien que el agua de Entrepeñas y Buendía sirva para dar de beber y para regar y crear riqueza en la Mancha, pero los pueblos ribereños la necesitan no ya para beber y crear más riqueza sino para sobrevivir y salir de la miseria, ¡fíjense la diferencia! La despoblación, el abandono, la desertización de estos pueblos sólo puede solucionarse con un nivel de agua adecuado para que las explotaciones turísticas ya existentes, y clausuradas por falta de agua, vuelvan a explotarse. Y esto es de justicia, tan de justicia como suprimir el trasvase, y los alcaldes ribereños deben dejarse de historias, estar unidos, ser firmes y contundentes, y exigir a Barreda y a todos los diputados de Castilla-La Mancha, del PSOE y PP, que solucionen este problema. No van a encontrar otra oportunidad igual.
Está bien que el agua de Entrepeñas y Buendía sirva para dar de beber y para regar y crear riqueza en la Mancha, pero los pueblos ribereños la necesitan no ya para beber y crear más riqueza sino para sobrevivir y salir de la miseria, ¡fíjense la diferencia! La despoblación, el abandono, la desertización de estos pueblos sólo puede solucionarse con un nivel de agua adecuado para que las explotaciones turísticas ya existentes, y clausuradas por falta de agua, vuelvan a explotarse. Y esto es de justicia, tan de justicia como suprimir el trasvase, y los alcaldes ribereños deben dejarse de historias, estar unidos, ser firmes y contundentes, y exigir a Barreda y a todos los diputados de Castilla-La Mancha, del PSOE y PP, que solucionen este problema. No van a encontrar otra oportunidad igual.