La polémica del Papa

07/11/2010 - 00:00 Consuelo Sánchez Vicente

"Laicismo agresivo" similar al que se desarrolló en nuestro país a partir de 1930 "cuando los católicos fueron perseguidos", no se, personalmente me parece una exageración, pero aunque no lo fuera, tal vez no era el momento ni el lugar, puede que tengan razón quienes piensan que, en esas declaraciones concretas, el Jefe del Estado Vaticano, que también lo es, ha pecado políticamente hablando de imprudente. No podía ignorar que su (para mí) apreciable reflexión intelectual sobre las causas del "avance del secularismo y la rápida disminución de la práctica religiosa" en Occidente, que fue la pregunta que le formularon los periodistas en el avión, iba a acabar reducida a un impactante titular de prensa.

A una simplificación 'agresiva' (ya que estamos) con el Gobierno socialista del país anfitrión Por situar el episodio en su contexto, cosa imprescindible para valorar en sus justos términos una información, cabe recordar que fue al hablar del papel de vanguardia que, según este Papa, viene jugando históricamente España en Europa en la batalla entre la fe y la razón, cuando estableció esa relación entre el "laicismo agresivo" de la España actual y el anticlericalismo de la Segunda República que tanto polvo político está levantando. Ahora, que en nuestro país hay una campaña de desprestigio brutal contra la Iglesia Católica (y solo contra la Iglesia Católica), seguro. Y que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no es ajeno a ese juego, pienso que también. Me parece un error, rancio, de otros tiempos, con olor a naftlina, y la posibilidad de que el Papa haya podido pasarse dialécticamente de frenada no es incompatible con denunciar que va (solo, insisto) contra la Iglesia de Roma.

 El anuncio de que la Ley de Libertad Religiosa se caía de la agenda pese a estar en el programa electoral, por hablar de lo último, no es, como se está 'vendiendo', fruto del talante dialogante del presidente a la espera del deseable consenso político sino, en mi opinión, puro tacticismo. Triple tacticismo en realidad. En primer lugar, porque sin el PNV Zapatero ya habría tenido que adelantar las elecciones y ni el PNV ni al menos media CiU (la UDC de Durán Lleida) apoyarían lo que se ha ido filtrando de esa ley. En segundo lugar porque, según las encuestas el presidente del Gobierno va en picado arrastrando en su caída al PSOE y en España todavía hay un 73 por ciento de la población que se declara, mire usted, católico, y que vota, ¡qué le vamos a hacer! En tercer y último lugar, porque de eso ya tenemos en la Constitución, en España, libertad religiosa, por fortuna, ya hay.