La problemática de los comercios ‘chinos’

El problema llegó hace tiempo a grandes capitales como Madrid y, poco apoco, se ha ido extendiendo a puntos como Guadalajara capital. Hace tan sólo unas semanas, la Federación Provincial de Asociaciones de Comercio y Servicios de Guadalajara (FCG) registraba en el Ayuntamiento la petición de una reunión de trabajo con la concejala de Promoción Económica. El objetivo era claro y único: conseguir que se regule la apertura de los establecimientos chinos con una ordenanza consensuada que ponga orden a este desconcierto. Falta de horarios, y errores en las licencias y en el etiquetado son algunas de las anomalías, más comunes, que provocan la falta de igualdad en la que compiten los pequeños comercios con las tiendas regentadas por ciudadanos chinos, que se multiplican a un ritmo inaudito. No en vano, España cuenta con 198.000 autónomos inmigrantes, lo que supone el equivalente al 11 por ciento del total de extranjeros que reside en el país, y de los que más de 27.000 trabajadores por cuenta propia son de origen chino, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración recogidos por la Asociación Nacional de Empresarios y Profesionales Autónomos (Asnepa). Esto significa que los chinos se erigen como la población inmigrante que más trabaja como autónoma dentro del país, seguidos de los trabajadores procedentes de Rumanía, que alcanzan los 24.000 autónomos, y los británicos, con 20.000 trabajadores de este colectivo. En un país de libre competencia, no todo vale. Si bien es cierto que el desarrollo empresarial no se puede, ni se debe vetar, no lo es menos que hay que evitar que este tipo de establecimientos dañen al comercio minorista tradicional, ese que apuesta por la calidad, frente al precio económico.Sin duda es el momento de buscar soluciones.