La reforma de las administraciones

 

 

Cuando el Gobierno ha tomado ya varias medidas estructurales duras y difíciles para atajar el barco a la deriva de la economía española, llega la que es tal vez la más esperada y demandada por los ciudadanos, la reforma de las administraciones públicas. El objetivo, el adelgazamiento del Estado, mayor control presupuestario, la simplificación de los papeleos y en definitiva cambiar el concepto de la administración para servir mejor y con menor gasto al ciudadano. El Consejo de Ministros daba a conocer este viernes las medidas que en coordinación con las autonomías quiere implementar- un total de 217-, que junto a la reducción de empleo público y la reforma local llevará a un ahorro de 37.700 millones de euros hasta el año 2015. Se eliminarán entes y organismos de poca utilidad que suponen un coste para el contribuyente y se pondrá fin a las duplicidades de funciones para simplificar y abaratar el funcionamiento de la administración. Austeridad, eficiencia y calidad del servicio han de confluir.

 

   El impresionante paquete de medidas implica el trabajo conjunto de la administración central, con la autonómica y la municipal, suponiendo un vuelco al sector público. La gran preocupación son los trabajadores públicos y su futuro. Algunos eventuales perderán su empleo, habrá congelación de oferta y escasa o nula reposición. Lo público deja de ser una opción laboral. Duro, pero necesario. Tan grave es la situación y necesaria esta reforma que los dos grandes partidos ya han alcanzado consenso sobre ella. La reforma local es la que más debate suscita. En esta vorágine, UPyD presenta su propio plan para articular nuestra provincia en 15 consistorios, eliminando diputaciones y mancomunidades y asegurando el mantenimiento de servicios. Mientras, los ciudadanos les expresan sus opiniones en distintas mesas en las calles y en Azuqueca votan, a través del Movimiento 15-M, para buscar otro modelo de sociedad con mayor participación ciudadana en las decisiones públicas. El bacalao, sin embargo, parece ya cortado y bien cortado.