La reforma del caso histórico
01/10/2010 - 09:45
Cartas al director
ALBERTO MARTÍNEZ CENTENERA Azuqueca de Henares
El alcalde Antonio Román presentó hace unas semanas la tercera fase de la reforma del casco histórico de la ciudad de Guadalajara, que actuará sobre la calle Mayor y la calle La Mina y el entorno de ambas. Me alegra y me sorprende a partes iguales esta reforma. Me alegra porque siempre es bueno mejorar las cosas, pero me sorprende que un alcalde que se está cargando el casco histórico de Guadalajara, presente con orgullo estas obras.
En palabras de su periódico, el alcalde quiere cambiar la estética y la funcionalidad del centro, para revitalizar un eje histórico de la ciudad. Además apunta satisfecho que nunca antes se había invertido tanto en una reforma del casco histórico en Guadalajara.
Bien, llevamos unos años plagados de derribos en el centro, plaza mayor incluida. Supongo que los edificios antiguos son poco rentables. Hace semanas que, pese a la oposición del técnico de Patrimonio de la ciudad -que debe sentirse en ocasiones con todos mis respetos como una figura de decoración-, el alcalde quiere tirar el palacio de los Vizcondes de Palazuelos, y no sé en qué punto se encuentra el caso, pero seguramente que al final será derribado. Esta misma semana leí en su periódico la próxima demolición de la casa de Tomás Camarillo, y el mismo día que publicaron ustedes la noticia de la reforma del casco histórico, no hacía falta más que pasar la página para encontrarse con otra noticia que hablaba de la idea de derribar el cine Imperio para construir viviendas. Qué buen espacio por cierto el cine Imperio para usos culturales relacionados con el cine, el teatro u otras disciplinas artísticas. Y curioso, justo debajo de la noticia, publicidad de los multicines del El Corte Inglés al otro lado de la A-2. Bonita manera de revitalizar el centro, el centro comercial, se entiende.
¿No revitalizaría más el centro la reapertura del cine Imperio para usos culturales? ¿No se podrían adaptar edificios históricos para usos residenciales? ¿Es necesario derribarlos y construir como en la periferia de la ciudad? Una reforma del casco histórico de una ciudad no consiste en ensanchar las aceras, cambiar baldosas y poner bancos nuevos, una reforma de un casco histórico debe implicar un verdadero interés por el patrimonio de la ciudad en cuestión. Lo poco que haya, hay que cuidarlo, y creo que ese interés es inexistente ahora mismo en este ayuntamiento. Una auténtica pena, pues mucho me temo que en unos años Guadalajara tendrá un casco histórico con un bonito adoquinado, pero sin nada que visitar.
Bien, llevamos unos años plagados de derribos en el centro, plaza mayor incluida. Supongo que los edificios antiguos son poco rentables. Hace semanas que, pese a la oposición del técnico de Patrimonio de la ciudad -que debe sentirse en ocasiones con todos mis respetos como una figura de decoración-, el alcalde quiere tirar el palacio de los Vizcondes de Palazuelos, y no sé en qué punto se encuentra el caso, pero seguramente que al final será derribado. Esta misma semana leí en su periódico la próxima demolición de la casa de Tomás Camarillo, y el mismo día que publicaron ustedes la noticia de la reforma del casco histórico, no hacía falta más que pasar la página para encontrarse con otra noticia que hablaba de la idea de derribar el cine Imperio para construir viviendas. Qué buen espacio por cierto el cine Imperio para usos culturales relacionados con el cine, el teatro u otras disciplinas artísticas. Y curioso, justo debajo de la noticia, publicidad de los multicines del El Corte Inglés al otro lado de la A-2. Bonita manera de revitalizar el centro, el centro comercial, se entiende.
¿No revitalizaría más el centro la reapertura del cine Imperio para usos culturales? ¿No se podrían adaptar edificios históricos para usos residenciales? ¿Es necesario derribarlos y construir como en la periferia de la ciudad? Una reforma del casco histórico de una ciudad no consiste en ensanchar las aceras, cambiar baldosas y poner bancos nuevos, una reforma de un casco histórico debe implicar un verdadero interés por el patrimonio de la ciudad en cuestión. Lo poco que haya, hay que cuidarlo, y creo que ese interés es inexistente ahora mismo en este ayuntamiento. Una auténtica pena, pues mucho me temo que en unos años Guadalajara tendrá un casco histórico con un bonito adoquinado, pero sin nada que visitar.