La remontada no era una broma
Los cambios en el Gobierno y en el PSOE comienzan a surtir efectos, no sólo en el capítulo de la confianza sino también en el de las expectativas electorales. En la encuesta/pulsómetro de la cadena SER se recoge un significativo acortamiento de distancias entre el PP y el PSOE, que ahora es allí de 7 puntos, cuando los sondeos de otras procedencias anteriores a los cambios en el Gobierno era de unos 14 puntos. En el Gobierno y en su partido respiran con alivio y se disponen a proseguir en lo que llaman remontada. Si por unos cambios así la diferencia se reduce a la mitad, confían en que seguirán en esa senda a poco que afinen en la lucha contra la crisis y se aclaren cada vez más las verdaderas intenciones del PP si llega a la Moncloa. De momento, la entrevista del domingo de Rajoy en "El País" no tiene desperdicio, sobre todo porque se le escapó que aplicará un programa como el del británico Cameron, al que se ha titulado como la mayor agresión al Estado del Bienestar desde la noche de los tiempos. Los socialistas tienen que definirse en cuanto a la candidatura a la presidencia del Gobierno.
No será lo mismo probablemente si el candidato vuelve a ser Zapatero o si éste cede el lugar a Rubalcaba, que sale magníficamente situado del pulsómetro. Es evidente que ellos sabrán, Zapatero en primer lugar, lo que deben hacer si se confirma que con el flamante vicepresidente primero serían mayores las probabilidades de victoria en 2012. El presidente es una persona muy razonable y muy amante de su partido como para dudar de que se sacrificaría si viese que era necesario. Pero también es un hombre que lleva diez años demostrando su capacidad de reacción y de cambio ante las circunstancias adversas. Sus dos victorias electorales de 2004 y 2008 lo demuestran con creces. Y por encima de todo, si en este casi año y medio que falta para marzo de 2012 se produce una suficiente recuperación económica y disminución del paro, con toda seguridad la recuperación política socialista será un hecho. De momento, en el PP se detecta una inquietud desconocida en todo lo que iba de 2010
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