La subida del IVA y el consumo

Su discurso no defirió de lo expresado en los últimos meses: pedir al Ejecutivo de la nación que no proceda a esta subida del IVA que, a su entender, “va a tener unas consecuencias lamentables para la economía”. A pesar del carácter informativo del encuentro, lo cierto es que es difícil saber si la subida del IVA es buena o mala para los ciudadanos. El Gobierno la considera positiva porque incrementará las arcas del Estado y así podrá hacer frente a los pagos; sin embargo, gran parte de la oposición la ve con otros ojos pues entienden que frenará el consumo familiar. Aunque los argumentos que esgrime cada parte son claros, el enfrentamiento entre Gobierno y oposición, que desde hace meses es más el reflejo de los intereses electorales que el de las necesidades ciudadanas, ha conseguido crear cierta confusión entre la opinión pública. Realmente, y según ejemplos como el de Reino Unido, se espera que las empresas reduzcan sus márgenes para evitar un mayor recorte en sus ventas y, por tanto, la subida no repercutiría en las economías familiares. Pero, además, según los expertos, los efectos de una medida tributaria como la que estamos analizando no supone, por sí misma, una reducción del consumo sino que éste está íntimamente ligado a la salud del mercado laboral. De esto se deriva que el consumo no depende tanto de los precios actuales como de las expectativas futuras que los individuos tienen. Mientras estas últimas no mejoren, los precios jugarán un papel secundario y, por tanto, también la subida del impuesto.