La tajada... nacional

28/06/2011 - 00:00 Esther Esteban

 
Los nacionalistas están haciendo su agosto a costa del presidente inexistente y el candidato que no lo es. Cada semana hay una apuesta por ver quien consigue un mejor botín, para mantener al difunto antes de que se celebre el entierro o, al menos, para dar tiempo al "rey muerto-rey puesto". Si hace una semana escuchábamos a un ufano Erkoreka afirmar que nunca su partido, el PNV, había conseguido mas por menos, es decir, que nunca le había sido tan fácil obtener algo del gobierno a cambio de un apoyo mínimo, ahora han sido los de CiU quien han sacado tajada y !de qué tamaño!. Zapatero, a cambio de no sufrir una derrota humillante, ha cedido al País Vasco la supremacía de los convenios autonómicos sobre los nacionales y a Cataluña le ha regalado, ni más ni menos, que la titularidad y la propiedad de ocho hospitales públicos para que la Generalitat de Artur Mas haga con ellos lo que le venga en gana.

   Pero además resulta que está dispuesto a que el fondo de reserva de las pensiones de todos los españolitos de a pie, sirva para comprar bonos patrióticos que ayuden a esa comunidad autónoma que, como todas, está con el agua al cuello. Total el presidente una vez perdido su prestigio, ha puesto en almoneda lo poco que le queda por vender al mejor postor, y como estamos en épocas de rebajas, se venden a precio de saldo, de todo a cien, cosas que hasta ahora eran intocables, como el famoso fondo de pensiones, del que a este paso no van a quedar ni las raspas. El debate del Estado de la nación, como dice mi admirado Ignacio Camacho, ha estado totalmente desenfocado porque el que va de actor principal ya no manda y el que manda sigue interpretando el puesto de secundario.

   Da igual que el presidente reconociera ayer, delante de todo el hemiciclo, que el estado de la nación es el de la lucha contra la crisis, porque a estas alturas de la película está escrito el final y ya no vale intentar torcer en el último minuto el guión, que han escrito los propios ciudadanos el 22-M. Ha propuesto cuatro medidas de ultimo hora: fijar un techo de gasto a las CCAA, aliviar la morosidad de los ayuntamientos, proteger el impago de hipotecas e impulsar a los emprendedores y las pymes. Puede decir una y mil veces que esta será la vencida, que este segundo semestre será el de la recuperación, que la culpa de todo esto es de las fluctuaciones externas del mercado de la deuda y las graves convulsiones que soporta el euro.

   Puede afirmar que él ha sido una víctima del sistema, que ha accedido a inmolarse y ofrecido su cabeza como la del Bautista, como un último servicio a este país, al que ha conseguido llevar a las perores cotas de desprestigio. Puede gritar, hasta desgañitarse, que ha sido un conciliador, que los desleales han sido sus adversarios instalados en el NO. Incluso puede apelar ahora a ese patriotismo que él mismo definió de "hojalata" y pedir un dialogo mínimamente constructivo. Sus palabras no es que suenen huecas es que ya están huecas, desde el punto y hora que los suyos ya no las escuchan porque quieren, cuanto antes, pasar la pagina y que el "rey puesto" haga borrón y cuenta nueva, repudiando la herencia recibida.

   El estado de la nación ya solo sirve para cumplir con el rito y la liturgia y ya ni para eso... porque estamos en un estado menguante de una nación cuyo concepto ya ni siquiera es discutido y discutible. Tantos han querido sacar tanta tajada que al termino nación o nacional solo apelan con orgullo los nacionalistas, porque como dijo en su día Guerra a esta España del postzapaterismo no la conoce ni la madre que la parió. Pues eso, estamos en la España de la Tajada nacional. .
 
    
 
 

 

  

  

 

 

  

  

  

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