La tradición, valioso tesoro cultural

02/02/2019 - 12:46 Manuel Ángel Puga

Según una encuesta la mayor parte de las personas defensoras de sus tradiciones son españoles que tienen más de 55 años.

Como es sabido, las tradiciones son para una sociedad lo que las raíces para un árbol o una planta, es decir, son su propia vida. Sin raíces terminarían por morir. Un pueblo sin tradiciones es un pueblo sin pasado, sin vida, sin historia. Esto lo saben muy bien quienes vienen luchando para eliminar las tradiciones españolas. Es una forma sutil de ir quitando vida y de ir eliminando el pasado de nuestra nación. Quienes hacen tal cosa saben muy bien que desapareciendo las tradiciones, de algún modo, desaparece también el pasado y las señas de identidad de nuestra nación. 

Los enemigos de nuestras tradiciones son, en realidad, enemigos de España. Son individuos que quizá hayan nacido en España y quizá vivan en ella, pero no la aman ni se identifican con los símbolos que la representan, sobre todo, su himno y su bandera. Y esto es algo incomprensible, porque se podrá ser de derechas o de izquierdas, esto es secundario, pero lo importante es que todos somos españoles, tenemos una lengua común, un proyecto común y formamos parte de la misma nación. Las diferencias que nos puedan separar no representan nada comparadas con todo lo que nos une. Esto es lo que debe contar como ocurre en la inmensa mayoría de los países del mundo.

Se da la circunstancia de que gran parte de las tradiciones españolas giran en torno a la Navidad. Ahí están las costumbres de instalar belenes, cantar villancicos, ir a Misa del Gallo, hacer regalos en Reyes, etc. Este carácter religioso lo poseen también las procesiones y actos de Semana Santa. Por otro lado, entre las tradiciones no religiosas destacan la caza y la fiesta de los toros. Pero es lo cierto que tanto unas tradiciones como las otras constituyen un valioso tesoro cultural. España es una nación muy rica en tradiciones, las cuales son la mejor garantía de su identidad, de su historia y de su cultura.

Lo tienen difícil quienes pretenden eliminar nuestras costumbres. Y lo tienen difícil porque el ser humano siempre busca sus raíces, su pasado, las tradiciones de sus padres y abuelos… Ante el intento de suprimir las tradiciones surge la reacción de quienes las protegen y fomentan, que son la mayoría. Buena prueba de esto es la encuesta que hace poco realizó NC Report, con el fin de conocer la opinión de los españoles sobre las tradiciones.     Los resultados de la mencionada encuesta fueron publicados por el diario La Razón (28-1-2018). Dichos resultados nos permiten comprobar que, cuando se vienen introduciendo en España tradiciones que nada tienen que ver con nuestro pasado (pensemos en la fiesta del Halloween), destaca el hecho de que el 81,7 por ciento de los encuestados (ocho de cada diez españoles) se muestra defensor y protector de nuestras costumbres. 

Como vemos, son muchos los españoles que aman y respetan sus tradiciones, es decir, esas valiosas raíces que dan vida a su nación. Este hecho es muy importante porque está dificultando la labor de quienes pretenden eliminar las tradiciones, de quienes pretenden hacer desaparecer nuestro pasado para inventar otro distinto, pero a su gusto y conveniencia… Sí, lo tienen muy difícil los enemigos de las costumbres de un país que mayoritariamente se declara amante y defensor de ellas. Tienen que preparase para remar contra corriente, algo que desgasta mucho y que genera frustración.

Según la mencionada encuesta, la mayor parte de las personas defensoras de sus tradiciones son españoles que tienen más de 55 años. Esto es algo lógico, ya que cuanto más joven es el ser humano menos apego siente hacia unas tradiciones que apenas conoce y que aún no tuvo tiempo de “vivirlas”. Por otro lado, cabe destacar también que ese 81,7 por ciento de españoles, que se declaran defensores de las tradiciones, opinan que el Estado debe proteger y fomentar aquellas tradiciones que corren peligro de desaparecer. Son personas conscientes de que existen costumbres que están cayendo en desuso y que, por tanto, podrían terminar por desaparecer. De ocurrir esto, representaría una gran pérdida por cuanto esas costumbres son las señas de identidad de España y son las raíces que dan vida a nuestra sociedad. Además, hemos de tener en cuenta que las tradiciones no sólo constituyen la esencia de nuestra idiosincrasia, sino que también constituyen un valioso tesoro cultural. Ante todo esto no cabe la menor duda de que el Estado tiene el deber de fomentar y proteger nuestras tradiciones, muy especialmente las que corren peligro de desaparecer.