La treta del Congreso
14/12/2011 - 00:00
Treta o no treta, la empleada por Amaiur para poderse constituir como grupo parlamentario con voz propia en la Cámara sería, en todo caso, mucho más inocua que la que representa el propio Reglamento del Congreso, un pedazo de treta "legal" para impedir en lo posible que se expresen en el ágora de la voluntad popular las minorías.
Se trata la treta, valga el deliberado retruécano o trabalenguas, de despojar al sistema de un ingrediente esencial para la democracia: el respeto exquisito a las minorías precisamente.
Se quiere fabricar la impresión de que los diputados electos de Amaiur son una especie de diputados apócrifos con ribetes quintacolumnistas, de suerte que su legítima demanda de grupo propio, cual le concede la normativa por haber obtenido los escaños suficientes, es un propósito perverso.
La verdad es otra: los diputados de Amaiur, que representan a un sector importante de la sociedad vasca, valen como los de cualquier otro partido de los que, como él y sumisos a las mismas reglas, los obtuvieron participando en los comicios. Diríase que al PP y al PSOE, sobre no gustarles ni un pelo la presencia de Amaiur en el Parlamento, les encocora verse emplazados a cumplir escrupulosamente su parte del trato, y buscan ahora una treta para incumplirlo.
Se le pidió a Amaiur que cesara su cobertura política a ETA, y cesó, que condenara la violencia, y la condenó, que contribuyera a la desaparición de la amenaza etarra, y contribuyó, y que aceptara las reglas del juego, y las aceptó. Se les repitió hasta la saciedad que la política se hace sólo en el Parlamento, civilizadamente, y ahora, que están donde deben de estar, se busca la treta del trato para que no estén en las condiciones de visibilidad que por sus votos merece.
Amaiur tiene seis diputados (el de Navarra no ha aparecido) con todas las de la ley, suficientes para formar grupo propio, y punto. No creo que el señor Posada quiera estrenarse como presidente del Congreso, para impedirlo, sumándose a una treta.